El balance que desde la Delegación Provincial de Caza, organismo que representa a los cazadores de Ávila, se hace de la temporada de veda que acaba de concluir es muy negativo. Así lo ha afirmado el presidente de esta entidad, Emiliano Sastre, quien ha afirmado que, por lo que se refiere a las monterías de caza mayor, cuya veda se cerró el pasado domingo 17 de febrero, «ha estado muy floja porque se han quedado muchos puestos sin cubrir y, además  se han abatido pocas piezas». En caza menor, cuya veda se cerró el 27 de enero pasado, la situación no ha sido mejor, tal y como ha explicado Sastre, puesto que «hubo una epidemia de conejos que diezmó la población». Por lo que se refiere a la perdiz y la liebre, «tampoco ha sido una buena temporada debido a la sequía fundamentalmente, salvo en la zona de la sierra».

Posiblemente, la crisis ha tenido mucho que ver con el hecho de que muchos puestos de los cotos no se hayan cubierto.

En otro orden de cosas, Emiliano Sastre ha querido criticar el hecho de que este año, la Junta de Castilla y León no haya concedido ningún permiso para practicar el control de depredadores (zorro), una circunstancia que no se había dado en anteriores periodos y que sitúa a las provincia de Ávila como «la única de toda la comunidad en la que no se han concedido ni un solo permiso de este tipo». Esta práctica se lleva a cabo durante el mes de febrero y hace posible que los cazadores, mediante la técnica de ganchos o  batidas, pueda cazar a los zorros con el fin de mantener un equilibrio con las especies cinegéticas. Tal y como ha expresado el presidente de la Delegación Provincial de Caza, la razón que el Servicio Territorial de Medio Ambiente a dado para negar estos permisos ha sido que «no había una población suficientemente importante como para justificar su control», algo con lo que no están de acuerdo los cazadores, que inciden en que el número de especies cinegéticas ha bajado mucho, entre otras cosas, por el incremento de depredadores.

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