La ley de pesca contribuye a que los ríos catalanes empiecen 2010 más protegidos de lo que lo estaban hasta ahora. Aunque algo menos de lo que proponía el anteproyecto de la ley. Esta norma, formalmente bautizada como la Ley de Ordenación Sostenible de la Pesca en Aguas Continentales y aprobada el 17 de diciembre, obliga a las nuevas concesiones a respetar los caudales ecológicos que establece el plan sectorial de las cuencas catalanas, a tener escalas para peces y a suavizar las subidas y bajadas del agua soltada por las centrales. Pero la norma ha tenido que renunciar a imponer cambios en las concesiones ya existentes, como pretendía su anteproyecto.

Endesa, amparándose en que una ley no puede tener carácter retroactivo y que las antiguas concesiones habían sido otorgadas bajo la norma anterior (de 1942), había mostrado su disposición a llegar a los tribunales por las pérdidas económicas que esto le iba a ocasionar. Las centrales hidroeléctricas basan su negocio en su agilidad para adaptarse a los picos de demanda eléctrica del mercado. Son fáciles de poner en marcha (de manera mucho más rápida que una central nuclear o una de gas, por ejemplo) y producir kilovatios en el momento que son más necesarios y, por tanto, más caros. Bajo esta perspectiva, el agua que dejen ir para mantener el río o para que los peces continúen río abajo por los pasos es dinero perdido porque no produce electricidad.

La tensión entre Endesa y los diputados que preparaban la nueva ley de pesca se hizo evidente en mayo, cuando un representante de la compañía compareció en una comisión del Parlament para defender los intereses de la empresa. Allí dijo que cualquier intento de variar las condiciones de concesiones antiguas era ilegal. "Este texto no puede contar con el aval de Endesa, ya que no respeta los títulos concesionales e incluso en algún punto entra en contradicción con otras obligaciones legales que tiene la empresa para garantizar el suministro de energía eléctrica", afirmó entonces el representante de la compañía ante los diputados. Posteriormente, un portavoz aseguró que la empresa pediría compensaciones económicas si los cambios perjudicaban su actividad.

El texto final escucha las peticiones de Endesa y modifica los puntos más conflictivos, aunque sí introduce algunas mejoras para los cauces sometidos a las concesiones antiguas. La ley obliga a mantener un caudal mínimo en las reservas genéticas piscícolas (aquéllas con especies autóctonas de especial interés que merecen ser protegidas). Cuál será ese caudal se establecerá posteriormente en el desarrollo de la ley.

La norma también fija que en los espacios protegidos, como los parques naturales, el Gobierno catalán podrá imponer "medidas correctoras y minimizadoras" cuando aprecie que las fluctuaciones de agua están dañando a las poblaciones de peces y crustáceos. El anteproyecto preveía que estas medidas pudieran imponerse en cualquier tramo del río.

Una tercera novedad importante de la ley es que Endesa ya no podrá vaciar una presa libremente, sino que tendrá que solicitar y obtener una autorización previa. Por último, el Gobierno catalán amplía sus potestades inspectoras para velar por el cumplimiento de lo establecido en las concesiones y fija que las variaciones de agua deberán hacerse "de manera gradual" y avisando siempre con tiempo suficiente para que no coja por sorpresa a nadie.

Buena parte de estas nuevas obligaciones quedan pendientes del desarrollo del reglamento de la ley de pesca, que el Parlament deberá abordar en los próximos meses.

El Departamento de Medio Ambiente considera que el texto final es "respetuoso con el medio y con la conservación de los recursos". Daniel Pi (ICV), ponente del tripartito en la ley, defiende la importancia del endurecimiento de las inspecciones y la extensión de nuevas formas de protección a los cauces. La ley final permite que desde el Departamento de Medio Ambiente se pueda vigilar si las compañías cumplen con sus concesiones en cuanto a pasos de peces y medidas de seguridad. Hasta ahora, era la Agencia Catalana del Agua la responsable de esta tarea. Pero sólo tiene competencias en los ríos que nacen y mueren en Cataluña. Con la nueva norma, como la competencia la delega en Medio Ambiente, la Generalitat podrá actuar en todos los ríos que pasan por Cataluña, y eso incluye el Ebro (el único río que no es interno). "Hay más de un caso y más de dos en los que no se cumplen las concesiones", advierte Pi.

"Es muy importante que la ley haya abordado el tema de los caudales", explica Ferran Llargués, presidente de la asociación AEMS Rius amb Vida. Defiende que se trata de un paso adelante, aunque reconoce que el anteproyecto era más ambicioso. El ACA está también satisfecha con la norma que ha salido del Parlamento. "Se han introducido cambios que dan más fortaleza jurídica a la ley y garantiza que se puede actuar sin ningún género de dudas", indican fuentes técnicas. "El anteproyecto fue tan ambicioso que a veces no era posible aplicarlo. Esos cambios eran necesarios para poder aprobarla", concluyen esas mismas fuentes.

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