Los collares de adiestramiento
Enviado por Carlos Fernández el 20-02-2012
Todo empezó tras ir a recoger a mis dos nuevas cachorras de spaniel breton, que busque para sustituir a mi antigua bretona, Jara que llevaba ya mas de 10 años cazando conmigo y la pobre estaba prácticamente sorda y con la jubilación ganada a pulso.
Loca ( Tricolor ) y Rufa ( Ruana blanco e hígado )
A Rufa y a Loca comencé a sacarlas y a campearlas desde muy pequeñas y conforme fueron creciendo me fui dando cuenta de que una de las perras despuntaba sobre la otra en cuanto a vientos y fijeza en la muestra, Rufa.
Loca se la regale a mi hermano y yo me quede con Rufa y en ella me centre, la sacaba con mi bretona vieja, Jara, magnifica perra que me dio todo en la caza. Cazaron juntas durante 5 o 6 meses y todo iba bien y ya le fui matando algunas piezas, respetaba la muestra a patrón y sin alejarse, aunque ya veía que era una perra muy independiente.
Rufa con sus primeros resultados.
Acabó la temporada y empecé a campearla a ella sola, pero comenzó a alargarse en demasía de pura fuerza y pasión que tiene, probé con la clásica cuerda, pero cuando lograba avanzar algo al día siguiente se alargaba más y vuelta a empezar, aun así y después de muchas horas intentándolo el problema se fue agravando hasta el punto de que ya no se alargaba sino que se iba para no volver hasta horas después .
La decisión del collar de adiestramiento.
Llegue a dudar e incluso si descartar a la perra, pero sabía que Rufa tenía muchas posibilidades, así que finalmente me decidí a comprarle el collar educativo.
El primer día, se lo puse y deje que corriera y se desfogara un rato, empecé a silbarla como de costumbre a la vez que tocaba el aviso sonoro del collar y como siempre empezaba viniendo hasta que empezó a no hacerme ni caso.
Puse el collar al nivel mínimo de impulso y tras el aviso sonoro le di el impulso, ni se inmuto ...........subí un nivel y seguía si hacer ni caso,.........le podía la pasión...,subí otro nivel y la perra al sentirlo se frena y viene a mi, la acaricio, la premio y la dejo seguir................... pero otra vez se me va larga y le silbo y le doy un aviso sonoro y pero no viene, un impulso más y ahora si viene hacia mi.................después de media hora de intentos conseguí que viniera solo con el aviso sonoro.
Segundo día : aunque estaba contento con los progresos del primer día me resultaba un poco artificial, pues si, la perra acudía al aviso pero era un alejarse y un venir a mi tras el impulso, pero claro esto no era una forma de trabajo ni de búsqueda de caza adecuada y a mi esto no me gustaba, así que empecé a utilizar el aviso para que me mirase y así hacerla lacear, de tal manera que a la vez que le daba el aviso le señalaba con la mano en alto la dirección contraria a la que estaba y además no le hacía caso cuando llegaba a mi si no que yo aceleraba el paso y me dirigía hacía el lado que le había marcado o le tiraba piedras en aquella dirección , enseguida aprendió esto, pues en definitiva para ella era mejor correr de izquierda a derecha e ir cazando que ir y venir a mi constantemente a mi lado.
Tercer día, decido probar a sacarla sin el collar para ver si recordaba lo aprendido y solo con mi silbido me obedecía como el día anterior, pero fue imposible, a la media ahora de campear estaba en el coche buscando el collar pues Rufa al levantar una liebre, se fue detrás de ella y no la volví a ver hasta pasado más de una hora.
Le puse el collar y volvimos a empezar de nuevo, al principio solo le daba un aviso sonoro con el collar sin que me hiciera caso, así que le di el primer impulso e hizo su efecto, enseguida volvió a "recordar" las lecciones de los días anteriores y Rufa volvió a trabajar y obedecer.
Los siguientes días seguí sacándola a diario y afianzando todo lo aprendido, hasta tal punto que Rufa veía el collar y saltaba de alegría, ya sabia a lo que íbamos.
Resultados:
Es ahora y cuando la suelto del coche no se pone a cazar hasta que no le pongo el collar, y además de todo lo aprendido empezó a ser menos independiente, más cariñosa y a estar mas pendiente de mi.
Otra prueba fue la de sacarla de caza con otros perros y todo fue sin problemas.
Cuando empezó la caza fui ampliando las enseñanzas sobre todo en el cobro para que me la traiga a la mano, respetar las asomadas y paredes para que me deje llegar antes que ella, para que estuviese tranquila en el puesto y no se moviese y también que todo hay que decirlo, para que no se revuelque en todo bicho y mierda asquerosa que encuentre por esos campos de Dios, en fin la fui puliendo hasta conseguir que fuese una magnifica compañera y mejor perra de caza.
Rufa en el puesto fijo.
Rufa y los resultados de un buen día de caza
En resumen de una perra difícil e inservible para la caza inicialmente, pero que con trabajo y con la ayuda del collar de adiestramiento he conseguido convertirla en la mejor perra que he tenido hasta la fecha.
Un saludo;
Carlos Fernández
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