Cada año cientos de agricultores o ganaderos sufren en sus «negocios» el ataque de un animal protegido que pone su fuente de ingresos patas arriba, según informa ABC.es. Lobos, osos y avutardas, en su libertad y guiados por un instinto animal que no concibe de estructuras productivas, sacian sus necesidades más básicas a base de colmenas, ganado o cultivos, produciendo unos daños ante los cuales la Junta llega a asumir el pago de cerca de medio millón de euros anuales en indemnizaciones.

En total, 550.418 euros fue el montante que se pagó en 2014, el último ejercicio del que se tienen datos oficiales al respecto. Entonces, la media de abono de indemnización por daños de especies protegidas sobre el sector primario se podía retrasar hasta un año. Los tiempos cambiaron cuando la Junta firmó un nuevo seguro que reduce a quince días ese periodo y con el que pretende afrontar los perjuicios causados por el lobo ibérico al sur del Duero -al norte es especie cinegética-, el oso pardo en su área de distribución y la avutarda en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila.

Con el nuevo seguro se pretende, así, agilizar los numerosos daños que cada año se producen por estas especies protegidas que luchan por su supervivencia. Los lobos son los que suman los perjuicios más cuantiosos. En 2014, la Junta asumió indemnizaciones por valor de 415.000 euros por ataques certificados. Y es que los agentes medioambientales verifican que haya sido este cánido el causante de la muerte del ganado para proceder con el expediente.

Más de 1.700 reses muertas

Esa cuantía en indemnizaciones procuró compensar la muerte de más de 1.725 cabezas de ganado que fueron presas del lobo al sur del Duero, donde el último censo ubicaba a cerca de 27 manadas en áreas próximas a aquellas en las que la ganadería extensiva está muy extendida.

Además del lobo, el oso también provocó algunos daños sobre el ganado, aunque menores. En total, se abonaron 8.696 euros en 2014 por este concepto en indemnizaciones, lo cual representó un 6,58 por ciento del total abonado por daños de esta especie, que ascendió 132.206 euros.

Tampoco fueron los árboles frutales que se cruzaron por el camino de este animal los principales damnificados. Por ellos se abonó un uno por ciento del total de los pagos -1.468 euros-. Las principales víctimas del oso pardo fueron las colmenas. Un manjar para esta especie, que suele acudir a ellas de noche, tranquilo, para disfrutar de su banquete. Aunque los apicultores traten de proteger la zona, los daños siguen produciéndose. En este sentido, en 2014 motivaron que la Junta asumiera unos pagos por valor de 132.000 euros, según los datos facilitados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.

Por último, las avutardas. Sus víctimas son los cultivos en exclusiva y aunque el coste de los daños es muy inferior al de los otros dos compañeros de póliza de seguro, en 2014 la Junta pagó una suma de 3.212 euros por los perjuicios provocados sobre la agricultura.

De acuerdo con la contratación en marzo de un nuevo seguro de responsabilidad civil y patrimonial para atender las indemnizaciones derivadas de cualquier cargos atribuidos a la Junta para cubrir daños, los perjuicios que puedan ocasionar estas tres especies protegidas por la vulnerabilidad de su población, ya se asumen en tiempo y forma.

La póliza es una reorganización de los trámites anteriores y se suma, ademas, al acuerdo ya vigente para correr con los cargos imputables por las especies cinegéticas en las reservas nacionales de caza, cotos, refugios de fauna y terrenos vedados propiedad de la administración. La cantidad destinada a todo ello es de 1,1 millones de euros.

FUENTE: www.abc.es