Los cazadores recogen las piezas después de la cacería. dl

El control de la población de jabalí llevado a cabo ayer en Caín se resolvió con el abatimiento de siete ejemplares, seis hembras y un macho, Los cazadores dieron cuenta de bastantes más que consiguieron burlar finalmente la cacería que se prolongó mientras las condiciones lo permitieron, hasta alrededor de las cinco de la tarde.

En la montería participaron diez cazadores armados, cuatro perros y algunos ojeadores, además de técnicos y guardería del parque nacional y agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León que supervisaron la aplicación de la normativa dispuesta para este tipo de cacerías.

Algunos cazadores señalaron el buen ambiente reinante durante la jornada y la ausencia de incidente alguno, si bien dejaron entrever que quizás hubiera sido más efectivo que se hubiese autorizado la participación de más cazadores armados para poder bloquear las escapatorias por donde huyeron algunos suidos.

El alcalde de Posada, Tomás Alonso, manifestó su satisfacción por que todo hubiera discurrido sin problemas y todo el mundo se diese por contento, incluidos los vecinos de Caín. «Espero que los vecinos de Caín que se quejaban de los daños de los jabalíes a las huertas y frutales también lo estén», manifestó Alonso.

Los diez cazadores participantes salieron de un sorteo realizado tres días atrás en el Ayuntamiento de Posada, ya que se habían apuntado más de veinte para asistir al control poblacional.

Desde hace una década se realizan controles de población de jabalíes en terrenos de Valdeón que no pertenecen a la Reserva Regional de Caza por estar incluidas desde 1918 en el antiguo Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, como ocurre también con el Monte Corona, siendo éstas las únicas ocasiones en que se han realizado cacerías legales en esa zona desde entonces.

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