La perdiz va camino de convertirse en la protagonista de la temporada de caza 2011-2012 en algunos tecores de Galicia. Su recuperación en algunas zonas es tan importante que incluso eclipsa los contratiempos que ha provocado la extraña meteorología de las últimas semanas.

Es cierto que no se llega a los niveles de las épocas de bonanza, pero las cifras que se están manejando en cuanto a poblaciones de perdiz permiten mirar el futuro con esperanza, aunque sin dejar del todo de lado el escepticismo. Ilusionados, pero cautos, se muestran en el tecor de Xesta e Seixido, en el que se levantará la veda sobre esta especie después de diez años. No será hasta diciembre, un mes que los cazadores de esta sociedad de A Lama esperan casi con ansia.

Y es que en las primeras jornadas de la temporada se han podido ver bastantes perdices en el monte, algo que no era demasiado habitual en los últimos años. En este sentido, el vicepresidente del tecor, Francisco Couselo, quiere agradecer la colaboración de los cazadores. ''Han sido muy respetuosos con esta especie y con la prohibición'', apunta.

El calor ha favorecido la proliferación de saltamontes, alimento principal de la perdiz, con lo que ha criado bien. Pero también ha aumentado la presencia de predadores, por lo que se ha guardado el equilibrio.

Incremento

En A Lama incluso se atreven a hablar de abundancia de perdices, para envidia de gran parte del territorio pontevedrés y gallego. Y es que en muchos tecores no se ha podido recoger el fruto del trabajo. Han intentado gestionar los hábitats, hacer sembrados de alimento o incluso limitar la caza de esta especie (en la mayoría se caza solo durante un mes y se permite un ejemplar por día), pero no han alcanzado el objetivo que buscaban.

Para otras especies hablar de que se mantienen las poblaciones no sería una gran noticia, pero en el caso de la perdiz sí es importante. La tendencia en Galicia es, en líneas generales, positiva. Solo en Ourense se prevé una disminución de las poblaciones. Además, en algunos casos incluso se superarán las expectativas.

El tecor de Xesta e Seixido es uno de estos privilegiados. Pero su recompensa no es gratuita, ya que ha tenido que sufrir diez años de veda sobre esta especie para protegerla y evitar así su desaparición, una amenaza más que seria en los últimos tiempos en Galicia y que esta temporada parece que por fin se empezará a quedar en el olvido.

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