La significativa presencia de jabalíes en el término municipal de Pollos, en Valladolid, se ha convertido en un auténtico problema para los agricultores que ven cómo día tras día estos animales hacen suyas las tierras recién sembradas. A las tareas habituales del campo en esta época del año, los labradores suman la de vigilar sus parcelas de la única manera que pueden: visitando continuamente las tierras para asustar con sus vehículos a los grupos de jabalíes.

 

Javier García es uno de ellos. Asegura que «en mayor o menor medida a todos nos han tocado las tierras». En su caso «fue sembrar tal día como hoy el maíz, y a la mañana siguiente media hectárea estaba comida así que no me quedó más remedio que volver a sembrarla». Insiste en que «están por todos los sitios», que el riego lo están atacando y que ahora empezarán con los guisantes».

 

En los últimos 15 años, la población de jabalí ha aumentado de manera desproporcionada en este pueblo por diversos factores, según el análisis del propio Javier: «Al haber prácticamente un monocultivo, el maíz, esto favorece su presencia; y por otra parte, estos animales tienen el refugio perfecto en un sitio que se conoce como la isla, en medio del río Duero» Es una superficie de unas 15 hectáreas «a las que no se puede entrar porque hay una serie de nidos protegidos, cuando toda la vida han entrado las ovejas y no ha pasado absolutamente nada». En su opinión «ese es su auténtico refugio, un foco, allí nadie les molesta y si al menos entraran las ovejas, estaría limpio».

Esta zona del río forma parte de la Reserva Natural Protegida de Riberas de Castronuño y Vega del Duero en la que también se asienta una Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA).

 

Ante esta situación, los labradores han pedido a los responsables del coto local su colaboración. Y ya ha habido respuesta. La Junta ha autorizado la realización de «esperas nocturnas», una modalidad cinegética que contribuye al control del jabalí y que en este caso particular, tendrá vigencia hasta el próximo 30 de mayo. A los afectados por los jabalíes, les parece una medida escasa y por eso reclaman la autorización de batidas a lo que la Administración regional ya ha respondido que «la normativa no permite la realización de batidas fuera de la época hábil de caza».

 

Cazadores como Jaime Campos, que cada noche sale junto a otros seis compañeros en busca de estos animales, aseguran que «se ven de todos los tamaños, hembras paridas, en grupos de cuatro, de cinco e incluso una noche, hasta 20 llegamos a ver en una de las tierras».

 

Según los datos que él maneja, «se han matado alrededor de unos 20» y coincide con los agricultores en que «llevamos cuatro o cinco años en los que estos animales causaban daños, pero como este año, nunca», lamenta.

 

El cazador adelanta que «los agricultores ya nos han pedido que solicitemos otro permiso, porque ahora los jabalíes se comen las tierras recién sembradas, pero más adelante tumbarán los maíces para hacerse con las mazorcas».

 

Jaime también es el encargado de comunicar a los organismos oficiales todas las incidencias que se van produciendo y desde la Junta señalan que, «la guardería medioambiental está haciendo un seguimiento de la autorización, teniendo constancia de que se están realizando los controles poblacionales». Sobre las posibles ayudas por los daños en los cultivos piensan que, «la Junta se lava las manos y te remiten al coto».

 

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