Tras registrarse, desde diciembre de 2009, la muerte por envenenamiento de una treintena de rapaces, muchas de ellas protegidas como el águila imperial ibérica, el buitre negro o el milano real, la Dirección General del Medio Natural de la Junta de Castilla y León ha impuesto la suspensión total de la caza en ocho municipios de la Alta Moraña, que son Pozanco, Peñalba de Ávila, Riocabado, El Oso, Gotarrendura, Mingorría, Las Berlanas y Santo Domingo de las Posadas. Esta veda total trata de luchar contra los delincuentes que han acabado con la vida de una treintena de aves, en total seis ejemplares de águila imperial ibérica, tres de buitre negro, 13 de milano real, cuatro de milano negro, dos de busardo ratonero, uno de águila calzada y uno más de cuervo.

En todos estos casos se ha detectado el mismo veneno, un potente insectida, calificado como «muy tóxico» y prohibido en la Unión Europea desde hace tres años, denominado aldicarb. El Laboratorio Forense de Vida Silvestre de Madrid encontró dosis letales en todas las necropsias efectuadas a las rapaces, así como en algunos cebos hallados cerca de donde aparecieron muertas las aves.

Por ello, la Junta de Castilla y León ha resuelto suspender durante dos años la caza en estos ocho municipios, ya que se considera que «los hechos son especialmente graves, tanto por la amplia distribución de los hallazgos como por el número y diversidad de los especímenes afectados, pero sobre todo en que se han visto afectadas especies incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas». Además, se recuerda que el uso ilegal de cebos envenenados «está tipificado como delito».

Con la suspensión del aprovechamiento cinegético, la Junta pretende favorecer el incremento de las poblaciones de las especies cinegéticas, al ser preservadas de la caza deportiva. Transcurrido el primer año, Medio Ambiente valorará las iniciativas de revisión de los titulares de los cotos. Las medidas ahora adoptadas se corresponden con la mejora de los sistemas de vigilancia, la regularización del aprovechamiento cinegético en el caso de que se levantara parcialmente la suspensión y la garantía del buen desarrollo del ciclo vital de las rapaces afectadas.

 

Obra de un «loco»

El municipio de El Oso, uno de los afectados por la veda, forma parte de la Red de Custodia «Alzando el vuelo» de Seo Birlife, como municipio guardián del águila imperial ibérica, y tiene la suerte de contar con unas impresionantes lagunas esteparias, refugio de cientos de aves.

Para su alcalde, Felicísimo García, tampoco los cazadores son los culpables, y menos en su localidad, donde se practica principalmente la caza con galgo, pero tampoco se atreve a apuntar al culpable, al que califica de «loco». «Hubiera deseado que no se cerrara el coto», afirma, «en el sentido de que en ningún caso los actos que han dado como consecuencia ese cierre proceden de gente del pueblo», ya que sus habitantes están muy concienciados con el medio ambiente y la protección de la fauna. En cuanto al posible perjuicio económico, considera que no será «demasiado relevante», pero recalca que los cazadores no están contentos con la medida.

El presidente de la Federación de Caza de Ávila, Emiliano Sastre, considera que la veda total durante dos años es «excesiva», pero aún considera «peor» que los cazadores aparezcan como culpables de estas prácticas que «no están en consonancia» con sus principios. «Emponzoñar el campo no es de cazadores», asegura, y advierte que ellos aplican «tolerancia cero» contra los que utilizan cebos envenenados. «Estamos dispuestos a colaborar», afirmó Emiliano Sastre, que anunció, sin embargo, nuevas alegaciones a la resolución dictada.