El amplio abanico de la caza consigue aunar una triple vertiente cuando se ejerce con rehalas. Esta modalidad permite disfrutar, obviamente, de la consecución final de la presa, pero, sobre todo, implica una estrecha conexión con la naturaleza siguiendo el rastro y con los perros.

Esta actividad cinegética esconde detrás muchas horas de adiestramiento, sacrificio y jornadas de cuidado de los perros para que se encuentren en las condiciones más idóneas. José Sanz es el presidente de Arrecal, la Asociación de Rehalas de Castilla y León, que aglutina a 192 socios en toda la comunidad con Soria como la provincia con más peso con casi la mitad de los integrantes.

La asociación nació en 2005 y su génesis ha coincidido con unos años de cambios en las normativas nacionales y autonómicas que han complicado mucho el mantenimiento de estas rehalas. La crisis económico también ha afectado a esta práctica por el coste del mantenimiento de los canes y el descenso en la contratación de estas rehalas.

José Sanz repasa los primeros años de la asociación y recuerda que "poner en marcha una asociación cuesta y mucho, sobre todo en una comunidad como ésta con nueve provincias, un amplio territorio, diferencias en su configuración geográfica y una forma de entender la caza diferente según sea el lugar donde se practica".

Otro de los aspectos que llevaron a apostar por Arrecal responde a los momentos difíciles de la rehala y su mundo. "Esta compleja situación nos llevó a un grupo de propietarios de la provincia de Soria a comenzar a reunirnos para hablar de las consecuencias nefastas que se ciernen sobre nuestra actividad. A partir de estas citas, acordamos crear una asociación para defender nuestros intereses ante la administración y adaptarnos a sus regulaciones". Otro de los puntos pasa por la intención de recuperar el sentido más puro de las tradiciones a la hora de trabajar con las rehalas.

El núcleo principal de los socios actualmente se concentra en la provincia de Soria con miembros de Segovia, Burgos, Palencia, Valladolid y de provincias y comunidades próximas como Zaragoza La Rioja, Álava y Navarra. Arrecal se encuentra también federada con lo que cuenta con la autorización de sus órganos de gobierno para tener voz en las instituciones oficiales formando parte de distintas comisiones negociadoras de los distintos convenios que les afectan. Así hasta el momento han participado en temas relativos a la sanidad animal tanto con las consejerías de Medio Ambiente como con la de Sanidad.

Objetivos prioritarios

Arrecal ha elaborado un decálogo de prioridades de trabajo. En primer lugar consideran fundamental la defensa de la caza y su cultura. Otro punto pasa por proteger los legítimos intereses de los propietarios de rehalas de Castilla y León y participar, a traves de sus representantes, en las decisiones de los Consejos de Caza Regionales. Entre sus demandas también está exigir a las administraciones un trato ordenado y equilibrado en las normas administrativas que son de obligado cumplimiento para los dueños de las rehalas. Fundamentalmente, quieren que se adecue a su realidad la normativa sobre núcleos zoológicos y desinfección. Uno de los principales problemas es que el reglamento asemeja una rehala a una explotación ganadera de animales estabulados.

Fomentar el asociacionismo entre los dueños de rehalas es otra prioridad ya que en Soria podríamos estar hablando de un centenar de propietarios. José Sanz añade que "hubo en su momento un boom de rehaleros que, ahora, con la crisis se frenará e, incluso, algunos optarán por dejar la actividad. La caza mayor es una de las más afectadas por la situación económica adversa". Conseguir que los jóvenes recojan el testigo es algo cada vez más difícil y eso hace que el relevo generacional también se incluya en la lista de prioridades de Arrecal, quien recuerda que la caza con rehalas es una actividad milenaria que debe mantener su pureza.

Los rehaleros, que insisten en que su actividad es deportiva, deben presentar uniformidad, un número suficiente de perros (diez o doce colleras), todos identificados mediante divisas, cumplir los horarios de cita, batir la mancha con profesionalidad y respetar las indicaciones de los organizadores de las monterías.

Arrecal pretende que sus socios puedan recurrir a la asociación para resolver cualquier duda en todas las materias o disposiciones que fomente la Administración. "Conseguir ser escuchados " es la máxima para este grupo con peso específico en el mundo de la caza, pero bastante desconocido para los profanos. Arrecal, según insiste su presidente, quiere, además, ser un grupo abierto a todas las sugerencias de sus socios.

Actualmente, se encuentran inmersos en conversaciones sobre el borrador relativo a los centros de desinfección con la Consejería de Medio Ambiente. Arrecal intenta que sus recintos puedan darse de alta para realizar esta actividad siguiendo una serie de requisitos de la administración.

Poseer una rehala implica un importante sacrificio personal, por el lógico cuidado de los perros que debe ser completo y diario, y económico. Una rehala tiene un mínimo de 20 perros con el gasto en comidas, vacunas, servicios veterinarios, adecuación de los carros, vehículos...

Los propios rehaleros insisten en su amor por los perros y son los primeros que exigen que los animales estén cuidados pero también piden, especialmente, que antes de legislar se conozcan todos los vericuetos de esta actividad para establecer normas adecuadas.

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