Con la firma del Pacto Andaluz por la Dehesa, se ha materializado un compromiso de las instituciones públicas, en el que hay que comprometer a toda la sociedad en defensa de estos espacios naturales, por su carácter multifuncional; medioambiental y productivo. El proyecto de Ley de la Dehesa aprobado por el Consejo de Gobierno y presentado en el Parlamento de Andalucía supone un paso fundamental en la consolidación de un modelo de explotación sostenible que garanticen la conservación de estos ecosistemas.

En la zona de transición entre la campiña y las Sierras de Grazalema y los Alcornocales, la dehesa ocupa un espacio importante de la superficie de la provincia, completando un rico mosaico de ecosistemas naturales, cuya diversidad es una de nuestras más preciadas señas de identidad. En el pasado ocupó la mayor parte de nuestro paisaje, pero la roturación de tierras para el cultivo, amparada por la antigua Ley de Fincas Manifiestamente Mejorables y por los Planes de Reforma Agraria, fue reduciendo paulatinamente su ámbito.

El impacto de la desforestación sobre el paisaje y la biodiversidad ha sido brutal, en pago al dudoso beneficio de destinar a cultivos de secano un terreno cuyo relieve desaconseja unas prácticas agrícolas que favorecen la erosión y el aterramiento de los cauces públicos, multiplicando el riesgo de inundaciones.

En relación con la flora, la dehesa es el reino del acebuche y el alcornoque, de la jara, el brezo y el lentisco, de la zulla, el carretón y el trébol blanco. En las riberas de los ríos serpentea un mágico soto de fresnos, alisos, chopos, mimbres y adelfas.

Si nos referimos a la fauna salvaje; la dehesa está habitada por el ciervo, el gamo y el jabalí, por el águila perdicera, la lechuza y el milano, por la liebre, la perdiz y el conejo. Este medio es muy favorable para la cabaña ganadera doméstica de vacas, cerdos, cabras y ovejas.

Sus recursos naturales son extraordinariamente favorables para el aprovechamiento ganadero y cinegético, en un modelo de explotación sostenible que preserva el paisaje y evita la erosión que acompaña a los cultivos en terrenos con pendientes.

Los ganaderos de Cádiz quieren poner en valor lo recursos naturales de la dehesa, vinculándolos a la vaca retinta, en un modelo productivo que les permita llevar la carne de ternera hasta el punto de venta sin intermediarios. Para ello surge la marca "Carne de Vacuno Extensivo de Cádiz", una iniciativa ligada al programa europeo LEADER+ cuyo objetivo es que el ganadero pueda obtener el máximo valor añadido asociado a la comercialización del producto.

Cádiz es la tercera provincia productora de vacuno de España, pero la singularidad de su dehesa le confiere un lugar aún más relevante en el ranking nacional. El máximo galardón que puede ofrecerse a los consumidores es una Marca Geográfica Protegida (IGP) vinculada a un ecosistema único en el mundo.

En este marco, el Gobierno de Andalucía, a iniciativa de la Consejería de Agricultura y Pesca ha aprobado y presentado al Parlamento de Andalucía el Proyecto de Ley de la Dehesa, con el objetivo de que pueda ser debatida y aprobada antes del próximo verano, contribuyendo a la conservación de este agrosistema singular mediante una gestión sostenible de sus recursos.

El Plan Director de las Dehesas, coordinado por una Comisión Andaluza, será la herramienta de gestión global de la nueva Ley, que establece la necesaria elaboración de un Plan de Gestión Integral de cada explotación y su obligatoria inscripción en el Censo Andaluz de Dehesas, para quienes pretendan beneficiarse de los más de 180 millones de euros que se destinarán a estas explotaciones, procedentes de los presupuestos de la Junta de Andalucía y de recursos provenientes del nuevo Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) 2007-2013.

El proyecto de Ley de la Dehesa, pretende promover una gestión ambientalmente sostenible y económicamente viable, fomentar el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida de la población del medio rural, preservar el patrimonio genético animal y vegetal asociado a este ecosistema, favorecer las producciones ecológicas e integradas, incentivar la investigación y la transferencia de tecnologías y conocimientos y promover líneas de sensibilización y educación ambiental.

En una perspectiva europea es de vital importancia impulsar el conocimiento de las Autoridades Comunitarias de este modelo productivo singular de Andalucía, facilitando su tratamiento como explotación con diversidad de aprovechamientos, aportando un marco legal para su futura regulación que garantice una gestión sostenible de las dehesas andaluzas.

Para el logro de estos objetivos es necesario lograr la implicación de los propietarios a través de los Planes de Gestión Integral de las Dehesas, de carácter voluntario, que tendrán una vigencia de diez años, simplificarán los trámites administrativos y contribuirán a que las explotaciones se gestionen de manera sostenible, buscando el aprovechamiento económico compatible con la conservación de sus recursos naturales.

La Ley contempla la elaboración de un Censo de Dehesas en el que deberán inscribirse los titulares que quieran acogerse a las ayudas públicas previstas. Pretende implicar a las universidades y centros de investigación científica en la defensa de estos ecosistemas y crea la Comisión Andaluza para la Dehesa como órgano de coordinación, colaboración y propuesta de la Administración de la Junta de Andalucía.

En clave de futuro y en función de la experiencia derivada de la aplicación de la Política Agraria Comunitaria, en nuestra provincia es necesario recuperar progresivamente el territorio robado a la dehesa, restaurando terrenos que intercalan las especies forestales y las praderas, en defensa del interés general de la población y de la rentabilidad de unas explotaciones que pueden diversificar sus rentas compatibilizando las actividades ganaderas, cinegéticas y turísticas.

FUENTE: diario de cadiz