Los cazadores alertan sobre el robo de perros de caza en la zona. Una situación que se lleva repitiendo en la zona últimamente. Del último robo daban cuenta ayer los propietarios de ocho canes de caza que su dueño tenía en una perrera situada en la zona de A Romea, en Lalín. Explicaban que cuando fueron a la perrera se encontraron con que se habían llevado los ocho. Ayer se encontraron con una pera que pudo haberse escapado de sus captores y que ayer fue encontrada por sus dueños.

La perrera es un recinto cerrado de bloques de cerca de dos metros de alto. No es el primer caso que ocurre y los cazadores piden a las fuerzas de seguridad que tomen medidas para combatir estos robos.

El presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, José Luis Gil, explicaba ayer que «ven ocurrindo dende fai algún tempo» y apunta que «un dos afectados fun eu mesmo». «Leváronme un exemplar da canceira, fun a por a denuncia e apareceu de alí a dous días».

A su caso, añade otros más en zonas de Lalín como A Xesta o en Belelle. En casi todos los casos son perreras que están un poco alejadas de las casas. Una circunstancia que los ladrones aprovechan.

Gil, al igual que los propietarios de los últimos perros robados, están convencidos de que los autores de estas acciones es gente que conoce los perros, sabe que son buenos y sabe o se entera de donde están.

Gil apunta que cando van a buscar un can é porque saben del». Considera que el objetivo en la inmensa mayoría de los casos es «vendelos» y que se llevarán los canes fuera de Galicia para hacerlo y evitar que los animales puedan ser reconocidos por otros cazadores o por los propios dueños de los perros.

Los robos, dice, se producen sobre todo poco antes de empezar la temporada de caza o al inicio de ella. A esas alturas, los perros ya fueron entrenados por sus dueños y ya se saben las aptitudes y cualidades de cada can.

Los perros que robaron en A Xesta, igual que les pasó a otros, contaban con microchip, totalmente, identificados pero, como señala el presidente de la sociedad lalinense «quítanllo e póñenlle outro». El robo de perros de caza puede ser un rentable negocio para los ladrones teniendo el cuenta el precio que tienen estos canes una vez adiestrados.

Gil indica que «moitas veces queres un can un pouco bo e as veces non o das nin conseguido». Los precios varían en función de la raza y las aptitudes del animal pero, explica el presidente de la sociedad lalinense, «un can bo supera os mil euros de prezo».

Una vez se produce un robo, los cazadores emprenden la búsqueda de los canes y se suelen colgar fotografías que se divulgan a través de las sociedades de caza. Una práctica común que hace pensar a los cazadores en que los ladrones se llevan fuera a los perros precisamente para evitar que alguien los identifica.

Para entrar a las perreras fuerzas puertas y candados. Los perros no suelen estar muy a la vista, de ahí que tengan información previa de primera mano, lo que podría hacer pensar en gente de la zona que conoce bien el terreno.

FUENTE: http://www.lavozdegalicia.es