Los controles continuados para vigilar la población de lobos en el Oriente asturiano son recibidos con los brazos abiertos por los concejos que sufren los ataques del cánido en sus ganaderías. La Consejería de Agroganadería abatía el pasado 27 de agosto cuatro ejemplares de lobo nacidos este año en una zona conocida como Picu Mofrechu, al Sur de la localidad de Santianes del Agua, en Ribadesella. Ocurría durante uno de los controles celebrados en los últimos meses y llevados a cabo por los miembros de la Guardería del Principado de Asturias. Unos controles que se repetirán «si se siguen produciendo daños». Así lo destacaba la directora general de Recursos Naturales Fina Álvarez.

Desde Cangas de Onís, confían en que la Consejería continúe en esa línea para frenar los ataques. «Está claro que había que actuar y, por eso, tienen todo el apoyo del Ayuntamiento. Nos ponemos a su disposición para trabajar en este sentido», explica el alcalde José Manuel González, quien apuesta por intensificarlos. «El ganadero lleva mucho tiempo sufriendo al lobo y el Gobierno del Principado parecía que ni sabía reaccionar, por eso los últimos años, no había apenas controles», añade.

En Ribadesella también aplauden las medidas del Principado. «Teniendo en cuenta que negaban que hubiera lobos en la zona, se ha demostrado que no es así. Considero que los controles son necesarios», manifestaba la regidora riosellana, Charo Fernández Román. En su opinión, sería conveniente desplazar a los lobos «a los lugares donde deben estar, controlando la población y protegiéndolos». En este sentido, Fernández Román, subraya que los ganaderos y los habitantes del medio rural también deben protegerse «si lo que pretendemos es que se valoren como hacen en otros países, como verdaderos cuidadores del paisaje. Así es como deben ser considerados», destaca.

Los controles que se han venido realizando estos meses están previstos en el programa que se aprueba anualmente y que contó con el voto a favor del Consejo del Lobo. «El año pasado hicimos muchos controles en esta misma zona, acompañados incluso por cazadores y ganaderos, y sin embargo, a pesar de que había daños repetidos, no conseguimos abatir a ningún ejemplar», indicaba Fina Álvarez.

El último realizado era un control rutinario, en el que apareció una familia. «Estaban ciertamente lejos de ellos, dispararon y el resultado fueron cuatro cachorros muertos. Se estaban produciendo muchos daños, han bajado, pero eso no quiere decir que vayan a desaparecer porque entendemos, a la vista de como eran los ejemplares muertos, que el dúo familiar, el padre y la madre, continúan en la zona», explicaba la directora de Recursos Naturales. «El programa entiende que es una zona en la que no puede haber presencia permanente ni reproducciones del cánido porque el tejido social y económico no los admite. Hay otras zonas en las que el lobo puede convivir con la ganadería, pero esta zona de rasa costera, no. Por eso, seguiremos con los controles», remachaba.

Controles en los Picos

Desde Cabrales se han solicitado dos batidas en las zonas de Berridos e Inguanzo. «Lo ideal sería que no hubiera lobos en estas zonas, por eso los controles que está llevando a cabo el equipo de gobierno regional son bienvenidas. La ganadería no es compatible con los lobos, por eso se hacen necesarias más batidas porque sufren mucho», indicaba el alcalde cabraliego, Carlos Puente.

También en Onís valoran la actuación del Principado. «Las mejores medidas son las que están aplicando, aunque sean dolorosas, pero es que no valen medidas disuasorias», apuntaba el alcalde, José Manuel Abeledo, que además insistió en la necesidad de realizar también más controles «en la zona protegida de los Picos de Europa».

FUENTE: ELCOMERCIO.ES