En estos primeros días se han producido ya varias incidencias en la provincia, en concreto en el término de La Piedra un cazador fue sorprendido realizando un disparo e interceptado cuando se disponía a abandonar la zona en su vehículo. Afirmó no haber cazado ninguna pieza, pero tras un minucioso registro del lugar, los agentes encontraron una corza escondida tras unos arbustos. Ante la evidencia, el cazador, natural de Cádiz, reconoció finalmente haberla abatido y le fueron decomisados el rifle y la corza.

En esta misma línea de control de acciones incorrectas en la caza del corzo, se inspeccionó un vehículo en tránsito por el acotado de San Felices del Rudrón, que contenía un arma desenfundada y cargada dentro del mismo. El conductor del vehículo, natural de Cantabria, fue denunciado por la infracción debido al peligro que entraña dicha práctica ante la posibilidad de un disparo fortuito en el interior del coche, así como para evitar disparos desde los automóviles a las piezas de caza.

En la comarca de Covarrubias también se detectó a un cazador que no portaba el precinto en el momento del abatimiento de la presa como obliga la normativa.

Finalmente, en el acotado de Villoviado, agentes medioambientales descubrieron a última hora de la tarde un vehículo todoterreno sospechoso del que se apeó un cazador, abandonando el vehículo en la zona. Se pudo observar como el cazador abatió un corzo macho, y ya entrada la noche el todoterreno volvió a recoger al cazador. Interceptado el vehículo a la salida del monte, se pudo comprobar que portaba en el maletero el corzo abatido pero sin el precinto reglamentario. Se decomisaron el corzo y el arma utilizada.

El Servicio Territorial de Medio Ambiente recuerda que para ejercer la caza del corzo es necesario portar en todo momento la documentación, las autorizaciones y precintos que les habilitan para la captura y transporte de las piezas. Los cazadores deben colocar nada más abatir la pieza el precinto reglamentario que proporciona la administración regional a los acotados y que garantiza que la pieza se ha abatido legalmente y no procede de caza furtiva ni excede del cupo máximo asignado al acotado para garantizar la sostenibilidad del recurso.

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