Los pescadores no entienden a la Justicia. La reciente condena de seis meses de cárcel y 1.400 euros por contaminar el río Zarzo les parece «irrisoria». Los hechos ocurrieron en agosto del 2005. Entonces, los pescadores de la sociedad Río Mandeo remontaron el Zarzo buscando pistas para explicar la muerte de decenas de truchas. A cinco kilómetros de la desembocadura en el Mandeo dieron con un vertido de purines de una granja de vacas de aproximadamente cien cabezas. El propietario dijo entonces que no sabía del destino final de los purines, pero los pescadores matizan que «hay un tubo que une el pozo negro de la granja con el río».

Después de varios años esperando el parsimonioso ritmo de los juzgados, los perjudicados confiaban en una sanción más cercana a sus pretensiones, una sanción de 24.000 euros que finalmente quedó en 1.400. La administración pagaba las truchas entre tres y treinta euros, en función del tamaño, y los escalos a 1,20 euros la unidad. «Pero solo nos contaron los peces que presentamos, no los que se llevó la corriente», señala el presidente de la sociedad de pesca Río Mandeo, Miguel González.

Pero incluso así, los pescadores no están en absoluto de acuerdo con el resultado aritmético: se recogieron 399 truchas con un peso total de 7.000 kilos y valoradas en 2.432 euros, más 1.600 kilos de escalos tasados en 222, en total, 2.654 euros según la valoración del Servicio Provincial.

«No se valoró el daño ecológico, el río estuvo vedado varios días lo cual ya causó una pérdida económica porque no se pudieron vender permisos del coto para esas jornadas», explica Miguel González. En total, mil euros más. «Estamos hablando de una zona perteneciente a la Red Natura 2000, si la Justicia no mira por eso quién lo va a hacer», añade el presidente de la sociedad de pesca. «Las truchas se pueden reponer pero el daño ecológico es incalculable». De hecho, el río Zarzo continúa vedado. «Es más barato continuar contaminando, con esta sentencia le están invitando al dueño de la granja a hacer otra vez lo mismo en lugar de tomar medidas para evitar la contaminación», señala el presidente de Río Mandeo.

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