Investigadores de la UCO (Universidad de Córdoba) aconsejan a los amantes de la carne de monte que moderen su consumo, ya que su exceso no es saludable. La culpa la tiene la concentración de metales pesados, principalmente plomo, que se encuentran en especies como el ciervo o el jabalí. Así lo explicó el catedrático Rafael Moreno, miembro del grupo de investigación de Higiene Bromatológica, con el que participan los catedráticos Manuel Angel Amaro, Antonio Arenas y el doctorando y técnico Jesús Sevillano. Moreno indicó que este tipo de carne "ofrece a muchos consumidores la falsa ilusión de ser un producto totalmente inocuo al proceder de animales de vida libre, ya que se asocia el manejo humano como posibles fuentes de contaminación". Pero añadió que puede presentar niveles de plomo superiores a otras, "bien por la contaminación natural de plomo en las zonas donde habitan o bien por existir también causas antropogénicas, como puede ser el propio plomo de la munición".

Pero lejos de querer alarmar a la población este grupo pretende transmitir que, si bien no hay un problema alarmante, es recomendable que no abusen del consumo de carne de caza y "mucho menos que la consideren como algo totalmente inocuo". El equipo ya alertó de ello en un trabajo en el que ya se mostraba a la población cazadora, más proclive a este tipo de alimentos, que un elevado consumo aumentaba el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la acumulación de metales pesados aumenta considerablemente. Además, Moreno explicó que recientemente el nivel de plomo que se consideraba seguro ya no lo es, ya que el organismo que a nivel internacional fija los niveles tolerables de metales pesados, la Organización Mundial de la Salud en 2010, indica que ya no son seguras las ingestas de 25ug/Kg de plomo a la semana, que era el límite con el que se había estado trabajando desde el año 1999 sin que se indique ningún nuevo límite, ya que incluso por debajo de esas cantidades se han encontrado efectos tóxicos.

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