Las escuchas telefónicas a los principales imputados en el caso de la trama de Asturianos son válidas, según la Audiencia Provincial que acaba de rechazar el recurso interpuesto por el abogado de los dos hermanos ganaderos, propietarios de una importante explotación de reses, y el hijo de uno de ellos, imputados por delitos de tráfico ilegal de carne, contra la salud pública, la fauna y la flora por sus actividades ilícitas de caza mayor. Los hermanos despiezarían esa carne en un matadero clandestino para su venta a terceros, nave situada, según las pesquisas policiales, en una zona aneja a su domicilio familiar. Precisamente el grueso de la investigación policial, iniciada meses antes de que el 27 de abril de 2010 se produjeran las detenciones de los acusados por orden de la juez de Puebla de Sanabria, se sustenta en el contenido de las conversaciones grabadas a los tres principales imputados -los hermanos P.O., F.J.O. y J.O.-, cuyo contenido vendría a confirmar la actividad ilegal en la que estaban inmersos. Se habla de batidas nocturnas de corzos y ciervos en cotos de caza; la presunta venta de carne; y de trofeos que previamente prepararían en un local donde la guardia civil halló restos de cabezas de esas especies y los componentes utilizados a tal fin.

En las conversaciones telefónicas intervenidas por la Guardia Civil, previo permiso de la titular del Juzgado de Puebla de Sanabria en febrero de 2010, los imputados hablan de la comercialización de la carne, la preparación de corderos y terneras «para llevar» y pedidos «de carne de la otra» con sus clientes, algunos industriales, carniceros y hosteleros de la comarca, así como restaurantes de Madrid, según trascendió en su momento.

La información recabada con el sistema de escuchas ha sido crucial, ya que vendría a confirmar las sospechas incluidas en la denuncia de un particular cursada el 21 de enero de 2010 que implica a los dos ganaderos en la caza furtiva de corzos, jabalíes y ciervos en cotos de Asturianos y Palacios; en el despiece y comercialización de su carne; y de ganado lanar y vacuno sin la autorización pertinente.

La Guardia Civil detuvo también a tres agentes de la Benemérita y a un menor de edad de nacionalidad portuguesa amigo del hijo de uno de los imputado, también procesado, a quien al parecer acompañaba en alguna batida. A los guardias se les acusa de dejación de su obligación, ya que en la denuncia se afirma que conocían la actividad clandestina de los hermanos y que nunca tomaron medidas. Incluso se llega a indicar que a cambio de su silencio recibían dádivas de parte de los ganaderos de Asturianos.

En la denuncia de la Guardia Civil se dice expresamente que en el matadero clandestino, que no reúne condiciones sanitarias, se «podrían realizar actividades ilegales de sacrificio de animales, despiece y venta al público de carne de ganado lanar, vacuno y caza mayor».

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