De montería como antaño

Enviado por montero el 29-11-2010

Desde 1350, año en que se edita el «Libro de la Montería de Alfonso XI», con su posterior reedición por Argote de Molina en 1582, poco ha cambiado en esta antiquísima forma de caza como es la montería española. Sigue manteniendo intactas muchas de las numerosas normas que componen el ritual de montear: de qué forma han de soltarse los perros o cómo debe comportarse el montero en el puesto asignado, así como la vestimenta adecuada.

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En algo sí ha cambiado la montería y es en la aparición, hace poco más de medio siglo, de la comercialización de la caza. Desde hace más o menos ese tiempo, las monterías se convirtieron en una actividad económica más, influidas en buena medida por el vallado de muchas grandes fincas, lo que ha contribuido a una magnífica conservación de grandes espacios naturales y a una óptima gestión de los recursos cinegéticos.

Un arduo trabajo

Y aquí aparecen las empresas que se dedican a organizar monterías, conocidas en el lenguaje cinegético como «orgánicas», término que más tiene que ver con la química que con la caza, pero que ha quedado y sirve para nombrar a tales compañías.

De la mano de Antonio Vargas y Pilar Martínez nació, hace ya veintitrés años, Gescaza (www.gescaza.es), una de las empresas con más prestigio en el sector. Organizar una montería es un arduo trabajo. Hay que saber lo que una finca atesora para cazar lo razonable y no pasarse, así como preparar los puestos con garantías de caza y de seguridad y contar con un ingente ejército de personas: postores, secretarios, rehalas y rehaleros, monteros, muleros que llevan la caza abatida y la intendencia para todos, que, como toda montería que se precie, incluye migas para el desayuno y comida para todos.

Ribera Alta, Los Lázaros, El Navazo, Las Minillas o San Calixto, son algunas de las clásicas fincas que gestiona Gescaza, dentro de las treinta monterías que tienen lugar durante la temporada.

Recientemente acompañamos a Antonio y a Pilar a la Ribera Alta, finca que siempre ha generado muchas expectativas por la calidad de sus trofeos, ganadora de varios premios. El fin de semana se presentaba excelente, buen ambiente y amigos. Se monteó el sábado la zona de El Picao y, nada más comenzar, pudimos comprobar la abundancia de ciervos y jabalíes. El puesto de privilegio, dominando casi toda la mancha. El resultado, como siempre, bueno: casi todos los puestos cumplieron con lo establecido por la organización.

Es, en fin, la montería española una forma tradicional de cazar que debemos mantener, ya que si gracias a los propietarios de las fincas se conservan fauna y flora, gracias a los organizadores resulta un gran motor en la economía de muchos pueblos, con lo que esto significa como arraigo poblacional.

FUENTE: abc

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