Vecinos y enemigos

Enviado por montero el 26-10-2010

En algunas zonas, como en el norte de la provincia, se cuentan por cientos. Los ciervos se han convertido en el terror del campo. Los agricultores que sufren las pérdidas que provoca la voracidad de estos animales a su paso por sus cultivos ya no saben qué hacer para atajar un problema que se ha enquistado y en el que propietarios de fincas y la administración autonómica no logran ponerse de acuerdo.

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En algunas zonas, como en el norte de la provincia, se cuentan por cientos. Los ciervos se han convertido en el terror del campo. Los agricultores que sufren las pérdidas que provoca la voracidad de estos animales a su paso por sus cultivos ya no saben qué hacer para atajar un problema que se ha enquistado y en el que propietarios de fincas y la administración autonómica no logran ponerse de acuerdo.

Por si los problemas que sufre el campo fueran pocos, con la crisis, los bajos precios del mercado y las no siempre favorables condiciones meteorológicas, también la propia naturaleza pone su granito de arena para dificultar el desarrollo de algunos cultivos, sobre todo en el norte de Granada, en los que los ciervos encuentran un auténtico festín al que echan el diente.

"Los daños provocados por los animales se han estabilizado", explica el presidente de la Asociación de Damnificados por la Fauna Silvestre, José Ángel Rodríguez. Sin embargo, pese a la normalización de la situación, desde este colectivo "nos hemos visto obligados a reclamar a los juzgados a la Consejería de Medio Ambiente", para intentar compensar las pérdidas causadas, principalmente, por los ciervos. Este colectivo de propietarios -que aúna a unos 80 agricultores, aunque su presidente subraya que son muchos más los perjudicados- asegura que ha hecho numerosas propuestas, como ayudas alimenticias, para evitar que "el campesino tenga que abandonar la parcela", asegura Rodríguez.

Otra de las soluciones que se plantea es la caza. En especies como el ciervo su captura está mucho más limitada a pesar de la gravedad del problema. Destrozan cultivos, vallas y sistemas de riego por donde quiera que pasan. Los daños que provocan son cuantiosos y los agricultores se sienten impotentes ante una situación que califican de insostenible. La comarcas del norte de la provincia son las más afectadas.

"El 99% de los daños causados por la fauna silvestre los causan los ciervos. Otros animales, como el jabalí, se come el fruto del suelo, pero el ciervo se come el árbol, ataca el cultivo, lo destroza con la cornamenta...", explica el presidente de la Asociación.

Este colectivo de damnificados asegura tener claro que "el parque tiene que tener su fauna, no pretendemos que se esquilme, pero la Consejería debería contar con una partida presupuestaria para subsanar estos daños". En este punto Rodríguez reitera que "somos conservacionistas, pero hay que tener en cuenta los intereses de los agricultores".

Sobre la incidencia que tiene la voracidad de la fauna silvestre en los cultivos agrícolas, el presidente de los afectados alega que "no hay datos fiables, pero aproximadamente el 80% de los agricultores del entorno del Parque Natural Sierra de Baza ha tenido que vallar. El resto de las parcelas están destrozadas o abandonadas".

Del otro lado, la Administración alega que "la gestión cinegética de la zona la hace los cazadores". El jefe de departamento de Gestión del Medio Natural de la Delegación de Medio Ambiente de Granada, Borja Nebot, asevera en este sentido que "el ciervo es un recurso que hay en el monte y cuanto mejor se gestione, mejor para todos".

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