Los cazadores del coto de sa Gravera, en Sant Rafel, alertan de la existencia de «un foco» de serpientes. Jordi Jiménez, el único guarda rural de la isla, que se encarga del control de este coto, en el que cazan unas treinta personas, asegura que en el último mes y medio se han detectado en un radio de dos o tres kilómetros más de 30 culebras de las especies bastarda y de herradura. La serpiente blanca es otra especie presente en la isla. También se han visto culebras en el coto de Sant Antoni, en el que cazan más de 100 cazadores y que linda con el de Sant Rafel.

El guarda sólo ha encontrado tres, pero asegura que contabilizando las que han descubierto los vecinos de la zona ha llegado a contar más de 30 en el último mes y medio. Los residentes en las casas aisladas de la zona le han expresado su preocupación, ya que muchas de las serpientes se han visto cerca de de las casas. También se ha detectado alguna en el otro lado de la carretera.

Las culebras son una especie invasora que causa un desequilibrio en el ecosistema. La conselleria de Medio Ambiente cuenta con un registro de serpientes halladas en Ibiza desde 2003. Desde entonces se han contabilizado (por llamadas de personas y los agentes forestales) 75. El año en el que más se alertó sobre la presencia de estos reptiles fue en 2007, con un total de 26. En 2008 se observaron o hallaron 15, en 2009 fueron 25 y en lo que llevamos de año, ninguna, según Joan Oliver, jefe de servicio de Protección de Especies de la conselleria balear de Medio Ambiente, que reconoce que el problema es «grave». La zona de Sant Llorenç es donde se han visto más serpientes. En Ibiza existen pequeñas zonas con una densidad alta de estos reptiles. Estas serpientes han llegado a la isla en las raíces de los olivos exportados de la Península. Los vecinos creen que la presencia de serpientes en esta zona se debe, precisamente, a la plantación de estos árboles.

Cerca de las casas por las ratas

Los cazadores creen que este foco de serpientes está afectando a la repoblación de animales de caza del coto, ya que ahora se empieza a ver a parejas de perdices solas, lo cual es muy inusual, o con grupos de cinco o seis polluelos, cuando lo normal, según explican Jiménez y Joan Cardona, responsable del coto de Sant Rafel, es que puedan verse grupos de 12 ó 14. Sin embargo, el jefe de servicio de Protección de Especies del Govern considera improbable que las serpientes puedan estar diezmando las especies de caza, ya que, según destaca, las culebras se alimentan básicamente de ratones y en la Península no afectan a la caza menor.

De hecho, atraídos por los roedores, estos reptiles se mueven por las cercanías de las viviendas, lo que causa la alarma de los residentes. «Eso no quiere decir que no se puedan comer alguna ave o lagartija, sobre todo, en este último caso, las serpientes más jóvenes», explica Oliver, al tiempo que apunta que la culebra bastarda, que es venenosa aunque no es peligrosa para los humanos porque sus colmillos con veneno se encuentran en el fondo de la garganta, podría llegar a comer un conejo pequeño. Los técnicos de la conselleria creen que esta especie, que puede llegar a alcanzar los dos metros en la Península, no cría en las islas, ya que por el momento solo se han hallado ejemplares adultos.

El responsable del coto de caza de Sant Rafel lamenta que la Administración no haya actuado antes para tratar de erradicar la invasión de serpientes y advierte de que cada vez será «peor» debido a la falta de depredadores que puedan acabar con ellas. El técnico de la conselleria balear de Medio Ambiente asegura que las serpientes se deben eliminar. Oliver indica que la conselleria pretende instalar en Ibiza unas trampas para atrapar a las serpientes (hay dos tipos, uno de ellos consiste en una red horizontal y el otro una jaula convencional), aunque las pruebas que se están realizando en este momento en Capdepera, en Mallorca, «no están dando los resultados esperados». «Las trampas funcionan cuando la densidad es elevada», sostiene.

Joan Oliver asegura que difícilmente se podrá erradicar esta ´invasión´, aunque subraya que se debe tratar de «reducir su densidad». El técnico destaca la importancia de que cuando una persona vea a una serpiente avise a la conselleria de Medio Ambiente (y la mate si es posible) para recogerla y obtener información sobre el sexo, tamaño y sus hábitos alimenticios. «Las actuaciones dependen mucho de la información que llegue a la Administración», señala.

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