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Jose María Mancheño: «La caza está en peligro. Necesitamos la ayuda y protección de nuestros gobiernos»

Jose María Mancheño: «La caza está en peligro. Necesitamos la ayuda y protección de nuestros gobiernos»

Enviado por Diariosur.es el 25-02-2019

El presidente de la Federación Andaluza de Caza (FAC) acusa a los animalistas de trasladar una imagen «tergiversada» de la actividad cinegética y dice que el sector tiene el reto de que la sociedad les conozca mejor.
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Natural de Sierra de Yeguas, desde hace siete años el abogado José María Mancheño es el presidente de la Federación Andaluza de Caza (FAC), un organismo en defensa y promoción de la actividad cinegética y el silvestrismo –la captura de jilgueros, verderones y pardillos para educarlos en el cante–, y que aglutina a 100.000 cazadores federados de los 200.000 que hay en Andalucía y a 1.400 sociedades de cazadores y silvestristas. En Málaga, hay unas 22.000 cazadores y de ellos 15.000 están federados en algunos de las casi 120 sociedades de la provincia. De la actividad de la caza, de sus reivindicaciones, de sus aportaciones desde el punto de vista económico y medioambiental y de los ataques del animalismo, habla Mancheño en esta entrevista con SUR en la que repite un mensaje: «La caza es algo más que salir al campo a pegar tiros».

–Para las elecciones andaluzas del 2-D la Federación puso en marcha la campaña 'La caza también vota'. Ahora la repiten cara a las municipales, ¿qué objetivos buscan?

–La pusimos en marcha porque en Andalucía, socialmente, la caza aglutina a cientos de miles de andaluces y somos unos de los colectivos más importantes en el mundo rural. A pesar de ello, nuestros políticos normalmente no hablan de la caza, temen hablar de la caza. Con la campaña lo que pretendíamos es que nuestros políticos hablaran de caza igual que hablan de educación, sanidad, cultura o deportes, que se quitaran la careta para decir que la caza es importante para Andalucía y se comprometieran con ella. Le propusimos un documento de una apuesta por la caza con seis compromisos muy simples y obtuvimos una respuesta muy satisfactoria de todos los partidos que han obtenido representación parlamentaria y firmaron el documento, excepto Adelante Andalucía (Podemos e IU).

–Ahora lo van a repetir a nivel municipal.

–Sí. Obtenido el compromiso de los partidos a nivel regional ahora queremos darle una vuelta de tuerca más y que el mundo rural, donde nosotros desarrollamos nuestra actividad, a través de los plenos de sus ayuntamientos hagan una declaración pública diciendo que en sus pueblos la caza y el silvestrismo, actividades que se vienen practicando desde tiempo inmemorial, son social, cultural y económicamente importantes y deben protegerse y reconocerse.

–¿Qué ayuntamientos han aprobado ya esa moción?

–Los dos primeros de toda Andalucía, lo hicieron a la vez, fueron Alfarnatejo, del PSOE, y Alameda, de IU.

–Curioso lo de Alameda. Su partido a nivel regional no se compromete con la caza y sí lo hace en el ámbito local.

–La sociedad de cazadores en Alameda tiene 200 integrantes y ahí te das cuenta de la importancia social que tiene para el Ayuntamiento y su alcalde, Juan Lorenzo Pineda.

 –¿Se han sentido olvidados por los partidos políticos y las instituciones?

–Con el Gobierno saliente de la Junta hemos tenido unos niveles de interlocución espléndidos y no nos hemos sentido olvidados por la administración a nivel de gestión. Pero por los políticos, sí nos hemos sentido olvidados. Hablar de caza daba miedo por el que dirán, por los animalistas que nos van a acosar,... Por eso pusimos en marcha la campaña 'La caza también vota'.

–Para los políticos estaba mal visto identificarse con la caza.

–Sí.

–Desde el punto de vista social, ¿está mal visto identificarse con la caza?

–Socialmente tenemos una imagen que genera, en una parte de la sociedad andaluza, un rechazo importante. Es verdad que el discurso animalista está calando con mensajes como que somos unos criminales, que ahora llega febrero y cuando termina la temporada matamos a nuestros perros,... Ese discurso existe y cala en la sociedad por el desconocimiento. Cuando la sociedad tiene la oportunidad de acercarse al mundo de la caza ve que somos gente normal:padres, madres, tíos, abuelos, abogados, albañiles, panaderos, políticos, actores de cine, locutores de radio muy famosos, jugadores de fútbol y baloncesto de este país que por aquello del qué dirán pues no dicen abiertamente que son cazadores; existe ese miedo por ese acoso al que luego te someten y ese cadalso que son las redes sociales.

–¿Puede darme el nombre de algunos de esos famosos?

–(Risas) No.

–En un principio, los animalistas pusieron en el centro de sus ataques a los toros y ahora, a los cazadores. Hace unos días se celebró una manifestación en Málaga pidiendo la abolición de la caza. ¿Se sienten amenazados?

–El animalismo es una religión con sus dogmas de fe. Es una corriente que está penetrando en la sociedad y nos sentimos amenazados fundamentalmente por la imagen tan tergiversada que se da de nuestra actividad. El otro día, en esa manifestación de la plataforma No a la Caza decían barbaridades como que había 80.000 perros de caza abandonados. Eso es mentira. Los únicos datos y estadísticas oficiales, los del Seprona y los de la Fundación Affinity –vinculada al movimiento animalista–, dicen que de los 104.000 perros abandonados en 2017 sólo el 12% eran de razas vinculadas a la caza.

–¿La caza está en peligro?

–Sí. Necesitamos la ayuda y la protección de nuestros gobiernos.

–¿Qué le piden al nuevo Gobierno andaluz de la Junta?

–Que cumplan con el compromiso que adquirieron con nosotros el pasado noviembre en la campaña electoral de promover y promocionar institucionalmente la caza y, paralelamente, queremos protección.

 –¿Esa protección se consigue con una ley?

–Con una buena gestión. No pedimos nada del otro mundo. Pedimos que a la caza se le tenga el respeto y el reconocimiento que se le debe de tener. Y sobre todo, esos vientos que vienen de un proyecto de ley de bienestar animal para impedir el sufrimiento al animal, pues evidentemente pedimos que no vaya hacia donde quieren que vaya que es a prohibir la caza. ¿Nos sentimos en peligro? Sí. Podemos e IU intentaron hace unos meses en Andalucía un proyecto de ley de bienestar animal que significaba el fin de la caza, el fin del toro y el fin de una parte de la ganadería.

–¿Hay un perfil determinado de a quién votan los cazadores?

–No. En la caza hay gente de todos los niveles sociales, gente de alto poder adquisitivo y gente humilde. En la Federación representamos a todos pero nos nutrimos fundamentalmente de gente de los pueblos y ahí no hay un perfil. Hay gente del PSOE, de IU, de Podemos, del PP, de Vox... la caza es un fiel reflejo de nuestra sociedad y hay gente de todo tipo. Decir que la caza es Vox, es mentir.

–Desde el punto de vista económico, ¿qué beneficios aporta la caza?

–A nivel nacional son unos 7.000 millones de euros, de los cuáles unos 3.000 millones de euros corresponden a Andalucía, donde el 81% de nuestro territorio es coto de caza. La caza es una herramienta de conservación medioambiental y ayudamos a controlar enfermedades como, por ejemplo, que no se expanda la sarna, que es una enfermedad que afecta a la cabra montés.

–Y desde el punto de vista medioambiental, ¿qué aportan?

–Ayudamos a controlar animales enfermos; ayudamos a la conservación de la flora, el hábitat, donde se mueven las distintas especies porque una sobreabundancia de ese animal puede provocar desequilibrios importantes; somos un aliado fundamental de la agricultura porque ayudamos a controlar los daños en la agricultura; controlamos la sobrepoblación de especies como ahora que hay una emergencia con el cerdo asilvestrado. En definitiva, nosotros defendemos una caza sostenible, respetuosa con el medio ambiente y técnicamente solvente.

–¿Cómo está a día de hoy la situación del furtivismo en la caza?

–El furtivismo ha sido una lacra para la caza, sobre todo para la caza mayor. En los últimos años está habiendo un ligero repunte, especialmente en Málaga, con una especie como la cabra montés. Andalucía está experimentando desde el punto de vista cualitativo un alza en la caza mayor, lo que está provocando que aparezcan más furtivos que, al margen totalmente de la ley y de la propiedad privada, pretenden abatir especies que cualitativamente son muy importantes. El furtivismo tiene una imagen idílica dentro de la caza para alguna gente que entronca con los años de la posguerra, donde el furtivo se veía como un héroe porque salía a cazar para alimentar a la familia. Hoy día el furtivo no es un cazador, es un delincuente. Dentro del mundo de la caza es el delincuente más repugnante que existe porque caza a las piezas cuando no debe o cuando están en inferioridad. Confiamos en el buen hacer de los agentes de la autoridad para controlarlos.

 –¿En qué momento se encuentran la caza mayor y la menor?

–La caza mayor va al alza en toda Andalucía. La caza menor está disminuyendo en todas las provincias, fundamentalmente, por los usos que estamos haciendo del terreno rural, los usos agrícolas, las costumbres, … están provocando una merma en cuanto a la conservación de los hábitats, que está incidiendo negativamente en algunas especies, fundamentalmente el conejo y la perdiz. Hoy se ha optado, y lo digo con todo el respeto para los agricultores porque el binomio caza-agricultura es muy necesario y compatible, por una agricultura con usos que están provocando fragmentación y deterioro del hábitat. La recuperación de la caza menor es fundamental y la herramienta para ello es la Política Agraria Común (PAC) donde lo que se debe es incentivar económicamente al agricultor para que adopte buenas prácticas agrícolas que vayan tanto en aras a la rentabilidad del terreno y también para que la hagan compatible con la conservación del medio ambiente.

–¿La caza puede contribuir a luchar contra la despoblación?

–Totalmente. Es una herramienta fundamental para fijar población y dinamizar económicamente a los pueblos porque hablamos de restaurantes, hoteles, comercios,... que se benefician de la actividad cinegética.

–Se está desarrollando una industria vinculada a la comercialización de la carne de caza. ¿Cómo está evolucionando este segmento empresarial?

–A nivel nacional, en Andalucía también, hay una industria cárnica de caza muy potente. Lo que ocurre es que prácticamente más del 90% de la carne de caza que producimos la comen fuera, se exporta fundamentalmente a Centroeuropa. Tenemos una carne de caza, según un estudio de la Universidad de Castilla la Mancha, con unas propiedades nutritivas muy importantes. Hay una industria muy potente y fuerte y es uno de los grandes tesoros que tiene la caza. El problema es que quizás la percibamos muy lejana o que no existe por el hecho de que somos tan torpes que no consumimos uno de los mejores productos que tenemos y que, según la Consejería de Salud, es una carne ideal para luchar contra enfermedades como la obesidad o el colesterol.

–¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la caza?

–La caza tiene dos retos. Uno es superar ese rechazo social en cuanto a su imagen y en cuanto a la actividad como tal; ese es nuestro gran reto social para que la sociedad nos pueda ver como gente normal, que desarrolla una actividad legal y muy fiscalizada por parte de las autoridades. El otro reto es el ambiental. Los cazadores necesitamos, al igual que pueda pretender un ecologista o un político, un medio ambiente mucho más sano, mejor conservado y muy verde para poder seguir desarrollando nuestra actividad. Nosotros somos gestores de caza, cuidamos del terreno y de los animales preparando comederos y bebederos de los que se beneficia toda la fauna silvestre...

–¿Qué le diría a un animalista que está en contra de la caza?

–Poco. Es muy difícil. Ellos tienen un credo, una fe, y ante eso a un animalista es difícil decirle algo, yo sólo le pido respeto. Y a una persona que no es animalista y que le llegan los cantos de sirena de los animalistas le diría que leyera bien qué es el animalismo y qué supone. Imponer el animalismo en nuestra sociedad actual sería romper con nuestro modo de estilo de vida absolutamente ya que cuestionan todo lo que tiene que ver con los animales. Sería darle la vuelta a nuestra forma de vida. Sería un giro completo, una aberración, un absurdo.

Control y fiscalización al cazador

José María Mancheño explica que aunque pueda parecer fácil el proceso para ser cazador no lo es. Así, detalla que hay que pasar dos exámenes: uno primero sobre caza donde el cazador consigue un número de identificación registral –es el llamado NIF del cazador– con el que se puede acceder a la licencia. Para poder llevar arma, añade, se debe pasar un segundo examen sobre las destrezas y la idoneidad y aptitudes psicofísicas. El presidente de la FAC añade que el titular de un arma de caza está fiscalizado y controlado por la Guardia Civil y recuerda que España tiene una de las legislaciones más restrictivas en materia de posesión de armas de toda la Unión Europea.

 

FUENTE: https://www.diariosur.es


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