Los cazadores asturianos creen que eliminar el cupo máximo de seis jabalíes a abatir en las cacerías en cotos regionales no conseguirá reducir el número de ejemplares, que está produciendo numerosos daños en prácticamente todo el Principado. Es más, consideran que no se trata el problema de fondo, como son las zonas de seguridad de los entornos urbanos, donde los suidos han encontrado refugio y producen importantes destrozos.

Valentín Morán, presidente de la Federación de Caza, cree que las sociedades de cazadores «somos responsables para regularnos por nosotros mismos», pero apunta que eliminar el cupo máximo puede ser «excesivo» para muchas reservas de la región. Morán dice que «el problema está en los entornos urbanos o en zonas de seguridad que hay en los cotos, porque haya polígonos industriales, etcétera. No por matar más en los cotos va a haber menos jabalíes en los entornos de las ciudades». Es más, asegura que en los cotos de las zonas altas de Asturias el número de jabalíes es muy reducido.

La propuesta de la Federación, que fue puesta sobre la mesa en el Consejo de Caza aunque al final no se tuvo en cuenta, pasa por colaborar en «erradicar o minimizar los problemas. Para ello, hay que cambiar la ley, reducir las zonas de seguridad, regular cómo se puede cazar en esas zonas y tratar de ahuyentar los jabalíes hacia otras áreas». Morán tiene claro que «no podemos andar con armas al lado de las casas», pero apunta otros métodos, como la utilización de escopetas, con menor alcance que los rifles, o los arcos. Lo que tiene claro es que «el método es fácilmente regulable».

José María Pezón es el presidente de la Asociación de Cazadores del Portal, de Villaviciosa, que celebra que se elimine el cupo máximo de ejemplares que se pueden cobrar por cacería, aunque reconoce que el máximo solo lo alcanzaron este año en tres ocasiones, porque cazar jabalíes «es más difícil de lo que piensa la gente. A partir de cuatro ejemplares es muy complicado».

Las zonas limítrofes entre Villaviciosa y Gijón son de las más problemáticas en cuanto a los daños causados por los jabalíes y Pezón tiene claro que, «por muchos que matemos, seguirán llegando. Está claro que en el casco urbano de Gijón no se meten, pero se quedan en las zonas libres».

Aunque hace tiempo la Sociedad de Cazadores del Portal había reclamado la reducción de las zonas de seguridad, ahora ha cambiado de opinión, porque «generaría muchos problemas, al ir con armas cerca de las viviendas. Puede llegar la Guardia Civil y retirarte el arma, ponerte una multa de 3.000 euros y dejarte cinco años sin cazar», explica su presidente. Por ello, ahora tienen otro planteamiento, como es «habilitar cacerías profesionales en las zonas de seguridad, con la participación de la Policía para cortar carreteras y sendas, como en la zona de La Ñora. Pero también con bandos municipales que las anuncien y todo ello regulado por la Guardería del Principado y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Participarían los cazadores con perros».

Actualmente son los guardas del Principado quienes realizan estas cacerías selectivas, «a pesar de que somos los cazadores quienes pagamos la licencia. Pero los guardas fastidian a los cotos, porque nos echan los jabalíes a nosotros, donde se quedan porque ya terminó la temporada, y al final acaban ocasionando daños que tenemos que pagar», explica José María Pezón, que al menos se alegra de que se haya ampliado en seis batidas más la temporada de caza para la Sociedad del Portal.

Cebadero de lobos

Por otro lado, el Fapas anunció ayer el descubrimiento de un cebadero de lobos en el concejo de Teverga, en pleno Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Las Ubiñas-La Mesa. Se trata de una pradera donde asegura que se colocaban cadáveres de jabalíes para servir de cebo a los lobos «con la intención evidente de disparar sobre ellos», explica en un comunicado. La entidad conservacionista se ha puesto en contacto con el Principado y «parece que nadie tiene conocimiento de estos hechos», lo que le hace sospechar que los jabalíes «pudieran proceder de los descastes que oficialmente se están llevando a cabo en los entornos urbanos de Oviedo».

El Fapas, que puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, también denunció que personal del Principado, cuando caza algún lobo, lo lleva «a alguna escuela para que los niños pudieran contemplar los ejemplares abatidos».

Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente el «intolerable ensañamiento y la impunidad» que se vive en Asturias contra los lobos tras los últimos hallazgos de ejemplares muertos. Cree que hay «una guerra declarada» contra la fauna salvaje.

FUENTE: http://www.elcomercio.es