La mortandad de ciervos, que ha sorprendido y preocupado al sector cinegético zamorano, deriva de una posible enfermedad de origen vírico, que algunos llegan a presumir que se trata de la llamada hemorrágica epizoótica, hasta ahora ausente no sólo de España, también de Europa. Es, además, la primera vez que la especie sufre un episodio de este calado en la provincia de Zamora.


Sucede que la aparición de corzos muertos ha incrementado todavía más el temor por cuanto que se consideraba que sólo estaba afectada la población de ciervos.


A las 10 de mañana de ayer, un vecino de Anta de Rioconejos, localizó en el paraje de Valdecabras un corzo muerto que podría estar aquejado de la misma enfermedad que afecta a los ciervos, según las primeras sospechas. La propagación de la enfermedad supera los límites de la Sierra de la Culebra y la comarca de Carballeda, y se extiende a la comarca de Sanabria Baja. En la misma zona alguno de los perros que custodia el ganado ha aparecido con restos de una pata de venado, lo que hace sospechar que puede haber más ejemplares muertos. Anta de Rioconejos pertenece al término de Rosinos de la Requejada, en el límite geográfico con Carballeda. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente confirmaban ayer que sí está apareciendo algún corzo muerto en las zonas donde se han hallado ciervos, por lo que la enfermedad no sería exclusiva de los ciervos.


El ejemplar desprendía un mal olor y el mosquerío que se cebaba en el cadáver eran mayúsculos. Los perros ganaderos y la fauna carroñera habían destripado al animal y algunos restos de las vísceras estaban repartidos por la zona. La persona que lo encontró, dio aviso al servicio de Medio Ambiente de la zona entrada la mañana. El corzo presentaba externamente manchas de heces líquidas de color verde oscuro por la parte trasera y una pata.


En los últimos días en esta zona se han avistado corzos que presentan un comportamiento anómalo, con movimientos aturdidos y que huyen con más dificultades cuando se ven acosados por los perros. Los ganaderos de la zona han tomado como medida de precaución no pastar por esos pagos, ante la falta de instrucciones por parte de la Consejería de Medio Ambiente y de Ganadería. Ganaderos de la Requejada están preocupados por la falta de información que hay sobre la enfermedad porque, afirman, «otro golpe para los ganaderos sería fatal, porque no estamos muy boyantes precisamente».


Hace unos doce o trece años vecinos de la zona de Anta también encontraron ejemplares muertos «pero no le dimos más importancia» ya que se atribuía a una epidemia que periódicamente afectaba a las poblaciones, «pero esta vez estamos más alarmados».


El delegado comarcal de Unión de Pequeños Agricultores, Pedro Fernández, pedía al delegado de la Junta «trasparencia sobre este caso», y exigía que «la Junta tome las mismas medidas con los cadáveres de la fauna salvaje que las que se le exigen al ganadero, ante el riesgo de que la enfermedad sea infecto contagiosa y pueda propagarse a la ganadería». Fernández exigió que «los ganaderos no seamos de nuevo los paganos de una mala gestión de la fauna salvaje por parte de la Consejería de Medio Ambiente». Fernández sospecha que hay animales enfermos en el resto de Sanabria y alertó del riesgo de accidentes por el comportamiento imprevisible de los animales.


Los gestores del coto de Villardeciervos, uno de los puntos donde primeramente se detectaron los primeros ejemplares, entre el jueves y viernes de la pasada semana, se han contabilizado casi una veintena de ciervos que se han denunciado ante la Guardia Civil de Villardeciervos. La Subdelegada del Gobierno, Pilar de la Higuera, señaló que el Servicio Especial de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, no tiene instrucciones precisas para actuar «dado que se trata de un caso de Sanidad, como parece ser por enfermedad».


Es una muerte de ciervos masiva, inesperada y desconocida en Zamora y en comunidad.


El científico del Waves (Sociedad euromediterránaea de Gestión y Conservación de la Fauna Salvaje), Tomás Yanes, hace especial hincapié «en esperar los resultados de los análisis» de los restos de los cadáveres remitidos al laboratorio.


Sin embargo, se inclina por sospechar que este episodio de muerte faunística puede estar relacionado «con el verano tropical, con unas altas temperaturas del agua y del suelo». Incide en aguardar los resultados analíticos, que pueden revelar la existencia de una enfermedad, la denominada hemorrágica epizoótica, que anteriormente no teníamos «ni en Castilla y León, ni en España». Incluso apunta como presumible transmisor a un mosquito aclimatado a elevadas temperaturas y a un herbario crecido, capaz de acoger toda suerte de insectos y garrapatas.


En el caso de certificarse una enfermedad vírica como causante de la mortandad deberán adoptarse las medidas establecidas por las diferentes normativas en vigor, recogidas en la Ley de Sanidad Animal, de Epizootias y a la Ley de Caza.


Yanes, que ayer vivió una intensa jornada de teléfono, señala que «la sociedad ya ha aprendido a vivir con otras enfermedades como las vacas locas o la tularemia», de ahí que considere que la situación presente forma parte del reino animal.


El presidente de la Asociación de Agentes Forestales de Zamora, Lorenzo Ferrero, por su parte, confía en que el episodio quede «acantonado en la especie» y que ésta sea capaz de sobreponerse.


En cuanto a la repercusión que pueda tener este infeccioso caso ocurrido en la población de los rumiantes salvajes zamoranos hace referencia a que puede tener una incidencia fuerte «en el caso de haber muchas bajas». También refiere que de ser destacable puede afectar «al prestigio» que ha alcanzado el ciervo en Zamora. Asimismo considera que puede llegar «a colisionar con los intereses de la población». Ferrero indica, no obstante, que el caso debe quedar «plenamente claro» una vez conocidos los resultados de las pruebas. Para Lorenzo la mejor salida sería «que todo retornara a la normalidad de forma natural».


Para el gestor cinegético, José Ignacio Regueras, lo sucedido «es extraño». Está entre los que desecha el posible envenenamiento «por tratarse de un herbívoro y no de un carnívoro, y por la aparición de animales muertos en diferentes puntos de Sanabria-Carballeda». Reconoce que existe preocupación en el sector cinegético por el impacto de la mortandad. Según afirma, «hay deseos de saber si los aprovechamientos de caza pueden disminuir de forma alarmante o desaparecer». Regueras recalca que, de momento, «lo más prudente es esperar a lo que digan los análisis». José Manuel Soto incide en la preocupación del sector ganadero porque la enfermedad pueda transmitirse al vacuno, y pide transparencia sobre el asunto. El presidente de la Delegación de Caza de Zamora, José Antonio Prada, también se refirió al posible origen vírico de la enfermedad.

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