Lo que os voy a relatar es mi punto de vista de como un cazador siente la caza y el tiro hasta sus ultimas consecuencias.

Tuve la suerte de conocer a un muchacho de las Roquetas,(Sant Pere de ribes).
su nombre: Jose Pardinez.

Gran tirador de plato, de los mejores que yo he conocido, un chico sin muchos recursos economicos, ya que vivia de su trabajo, una veces mejor, otras peor. Pero habia algo en el que era especial. Tenia un don especial con las armas. Cualquier escopeta que tuviera en sus manos, la hacia buena. Siempre en las tiradas de fiestas era de los punteros, como ya digo con cualquier escopeta que cogiera podia hacer "milagros".

En la caza era un excelente tirador, amigo de sus amigos, no era una persona que tuviera problema alguno por ayudarte en lo que fuera o necesitaras.

Yo como dije: tuve la suerte de compartir algunos dias de caza y otros de tiro con el, agradeciendole los consejos que siempre estaba dispuesto a dar a quien los necesitara.

Era una persona que para el, la caza era algo que vivia, lo llevaba dentro, y pocas ocasiones de poder cazar las perdonaba. Pero como todo en la vida un dia la cosa cambio de golpe. Se le declaro un cancer, eso a lo que todos tememos y que nadie esta fuera del peligro que un dia te den una noticia como esa.
Le empezaron las visitas interminables a medicos, especialista, ingresos en el hospital, pero el seguia cazando, recuerdo que algunas veces en el tiro u en el campo, yo le veia muy palido, y le preguntaba, jose: como va.

El siempre tenia una sonrisa y me contestaba, Bueno estan mirando a ver que pueden hacer, y le veias que dentro de la preocupación tan grande que tenia por dentro, el nunca se desanimaba, siempre tenia una sonrisa y sobre todo, ganas de hacer lo que mas le gustaba que era cazar.

Recuerdo una vez en una batida al Jabali, que le disparo un tiro a un cochino, lo hirio, y siguio tras el hasta que lo encontro.

Segun me conto despues el guarro estaba camuflado entre las ramas y la broza, y antes que pudiera rematarlo, se arranco hacia el, y le dio un buen revolcon, con la suerte que llegaron dos perros y el guarro continuo la carrera sin hacer mas caso al cazador.

Despues del susto vinieron las risas, uno que le decia, jose, tira los calzoncillos que esos ya no los puedes utilizar mas, y otros le ayudaban a buscar el walki, ya que con el topetazo del cochino no habia forma de encontrarlo, Creo que aparecio una semana despues.
Pero el se reia de todo eso y seguia con esa afición que nos une, esa afición que nos hace diferente del resto.

Esa afición que nos hace pasar frio, a veces calamidades, patear monte como atletas. reir a veces, llorar otras, eso que solo puede sentir el que realmente es un Cazador.
Jose, entre visitas a hospitales ingresos, quimioterapia, pruebas, Etc, no dejo nunca de ir a cazar con sus amigos.

Solo algun dia que ya le faltaban las fuerzas, y no podia con tanto sacrificio y tantas pruebas, se dejaba algun dia de ir a hacer lo que le gustaba, que era cazar.

Solo la enfermedad que le estaba comiendo por dentro era capaz de hacerle desistir de compartir un dia de caza con su gente.

Un dia ya no pudo mas, cansado de luchar contra eso que le estaba comiendo, ya no tuvo fuerzas para seguir luchando y nos dejo. Pero hay algo que el cancer no ha conseguido. Se lo ha llevado a el. pero no ha podido ni podra borrarlo de nuestra memoria de todos aquellos que le conocimos y que todavia sentimos que el esta siempre cerca de nosotros cuando tiramos, cuando cazamos, no hay dia que salgamos al monte que no tengamos un recuerdo para el, el cancer se llevo su cuerpo.
Pero no podra nunca llevarse su recuerdo.

Jose: desde donde estes, nosotros, todos los cazadores, te recordaremos con todo el cariño que tu te merecias que era mucho.

Adios compañero: Hasta que dios quiera que cacemos juntos alla arriba.

Toni de Vilanova