Rececho de cabra hispánica hembra con arco
Enviado por Cazadores: Jorge y Daniel el 29-08-2017
Toca revisión de todo el equipo de caza, desmontamos las puntas de entrenamiento y de caza menor. Revisión de las flechas y las puntas de caza mayor.
El arco que vamos a usar es un PSE Bowmandness, flechas powerflight 340 y las puntas unas Muzzy MX-3
Tras los nervios de la noche antes, quedamos por la mañana Dani y yo para dirigirnos al cazadero. En esta ocasión Dani hará de cámara y llevará el telémetro y los prismáticos, ya que es de vital importancia seguir las indicaciones que el guarda nos va a dar.Buscamos hembras viejas e improductivas. Es época de cría y muchas hembras se encuentran preñadas y tenemos que tener máxima precaución de no abatir una hembra, que no queremos cazar.
Al llegar al cazadero el día estaba desapacible no, lo siguiente. Frío, viento y lluvia fina de las que calan a base de bien. Tras encontrarnos con el guarda, entregar la documentación necesaria, nos ponemos en marcha, y nos dirigimos al punto de observación. Ni que decir tiene, que al condicionante de la dificultad que tiene hacer una entrada con el arco hay que añadir, que buscamos una hembra vieja, ya que lo que se busca es gestión, descartadas por tanto hembras jóvenes, preñadas o recién paridas.
Teníamos que andar con pies de plomo y solo efectuar el disparo sobre una hembra vieja. Prismáticos en mano y a otear las paredes de piedra caliza y los prados que había justo debajo del macizo calizo. Debido al día tan malo que hacía, fueron pasando las horas y no encontrábamos un grupo de hembras a una altura propicia para hacerles una entrada correcta. A eso de las 12 de la mañana, vemos un grupo que tenía buenas expectativas. Ya que todas estaban muy altas en la Sierra y no había perspectivas de que bajaran, hasta bien entrada la tarde, para carear en los prados. Tras localizar al grupo, comienza el pateo, empezamos a subir la sierra, vegetación espesa, pedreras y un desnivel muy considerable, eran nuestros enemigos para acercarnos al grupo. Habiendo ya remontado 3/4 de ascensión, nos llama el guarda para avisarnos que alguna nos ha detectado y ha dado la voz de alarma, así que emprendemos el descenso, mucho más dificultoso y peligroso que el ascenso, por la pendiente y las pedreras. Sin perder el ánimo, cambiamos de zona, en busca de un nuevo grupo.
Ya eran las 2 de la tarde y con más hambre que un perro chico, decidimos hacer un impase e ir a comer algo.... Hasta el tapón nos pusimos, plato de callos a la Malagueña y una fuente de choto guisado que quitaba el sentido, cafelito y al monte de nuevo. En esta ocasión vamos a otro sitio distinto donde observar las cabras. Estábamos a unos 800m del cazadero, para no molestarlas. Detectamos 2 grupos, pero muy altos, con una entrada imposible, ya que rápidamente nos silbarían y pondrían en alerta al grupo. Así que tocaba esperar a que bajaran careando de las inmensas paredes de roca. Localizamos a un grupo de 8 machos, que estaban careando en medio de un sembrado de trigo, que nos tuvo la mar de entretenidos, allí dándose trompazos unos a otros, carreras para arriba y para abajo, un disfrute. Tras dos horas y ver que ya habían bajado a una zona aceptable, decidimos hacer una nueva entrada, la teníamos que hacer cruzando una casa, que estaba en obras, de repente ..... la leche, estaban un grupo de 4 machos careando a escasos 20 m nuestros justo en la parte trasera de la casa. Nos tocaba esperar a que se movieran, callados y agazapados junto a los muros de la casa. Cuando se perdieron de vista emprendemos la marcha para empezar a remontar la sierra, ya que el grupo de hembras que buscábamos estaba a media falda. A esto que uno de los machos, nos detecta, ya que el viento no lo teníamos nada favorable siiiiifffffffff, silbido que te crió, la madre que lo parió le hemos venteado, aunque no se han asustado mucho, se nos ha subido el grupo, lo suficiente, para que no pudiéramos entrar. Nos sentamos en una piedra, esperando que se calmara la cosa y ver si volvían a bajar. Viendo que la cosa no iba, me dice Senda, vamos a bajarnos. Estaba empezando a caer la tarde. Al llegar al guarda, éste nos dice que ha visto un grupo en el lado contrario de la sierra. Ni cortos, ni perezosos, nos ponemos en marcha porque nos quedaba una hora escasa de luz.
Última entrada de la jornada, nuevo palizón de subida, con la lengua de medio metro, tras unos 20 minutos de subida a tope, llegamos a la repisa donde tenemos que empezar a casi reptar por el suelo. Controlando cada pisada, para no alertar a las cabras, cogemos el telémetro y las tenemos a 65m, ¡¡están tranquilas!!, cogemos aliento y comenzamos a valorar. Había dos hembras y una chotilla. Nuestro objetivo era la más grande de las dos. Comenzamos el acercamiento, arrestándonos prácticamente, 52 metros, siguen estando lejos, aunque tengo mi arco calibrado hasta los 50m, pero teníamos que valorar muy bien la cabra antes de tirar. Continúa la entrada SIFFFFFFFFFFFFFF, otro silbido, la leche justo encima nuestra otra hembra que nos estaba calando, aunque no nos llegó a ver del todo, si estaba mosqueda, pero el objetivo, estaba aún a tiro y no se habían alertado. La vigía seguía en su sitio, escuchamos una escandalera y vemos a unos buitres que salen de los nidos que tenían en la piedra, perfecto, porque la vigía se ha distraído y movido lo justo para perdernos de su vista, continuamos... 35 metros, ya están a tiro, confirmo con el telémetro la distancia. Senda que llevaba los prismáticos es el que me tenía que dar el visto bueno de la cabra a abatir. No estábamos seguros y decidimos acercarnos más aún, si cabe… 20 metros, ya estamos a un tiro fácil con la rasante del arco. A punto de montar el arco para el disparo, me dice Senda... -Parece que tiene las ubres gordillas y es una hembra joven. Decidimos dar por finalizada la entrada, ya con la noche casi encima y teníamos que emprender una bajada nada fácil. Dando por finalizado el día de caza con arco. Muy contentos, porque aunque no hemos materializado el lance, aunque hemos hecho lo difícil que era acercarnos.
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