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Denuncian la actividad ilegal del coto de Fresno de la Carballeda durante una década

Denuncian la actividad ilegal del coto de Fresno de la Carballeda durante una década

Enviado por Tuslances.com el 27-01-2014

Una década de explotación de un coto de caza con irregularidades en la titularidad, un expediente que la Junta de Castilla y León no ha resuelto en once años y unos vecinos, los de Fresno de la Carballeda, a los que pertenece casi la totalidad de los terrenos donde se asienta la actividad que no han percibido ni un euro por la explotación cinegética de sus tierras.
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El club deportivo de caza San Bartolo llevaría más de una década explotando ilegalmente la actividad cinegética en lo que en realidad son terrenos propiedad de la junta de montes de Fresno de la Carballeda, según la denuncia interpuesta ante el Servicio Territorial y la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León por la firma ganadera Explotaciones Yelmo de Mombuey, municipio al que pertenece la citada localidad.

La titularidad oficial del coto es objeto de un expediente que obra en poder de la Administración regional y que no ha sido resuelto al cabo de once años del inicio del mismo. El origen del conflicto es el aprovechamiento de los pastos por parte de Explotaciones Yelmo, acordada con la junta de montes por unanimidad y que fue denunciada ante la Guardia Civil por los directivos del club de caza, que se atribuyen la propiedad y los derechos cinegéticos de más de 220 hectáreas de terrenos. Sin embargo, según la documentación investigada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA durante los últimos meses, las afirmaciones del Club San Bartolo se asientan sobre una serie de presuntas irregularidades que figuran expresamente en el escrito presentado ante la Junta de Castilla y León. Entre esas irregularidades se incluye un acuerdo de pleno del Ayuntamiento de Mombuey que habría aprobado una cesión de titularidad del coto sin que tuviera legitimidad para hacerlo, puesto que la superficie objeto de litigio no es de propiedad municipal.

La junta de montes de Fresno de la Carballeda descubrió, para su sorpresa, que sus terrenos han sido incluidos en el coto sin que nunca haya dado su autorización. Y esa misma situación se repite para la gran mayoría de propietarios de otras fincas que han sido incorporadas sin haber dado su consentimiento y sin haber sido notificadas previamente en el tiempo y forma que exige la Ley. Ninguno de los vecinos ha percibido compensación económica alguna durante el tiempo en que lleva explotándose el coto.

El coto de caza de Fresno de la Carballeda, denominado oficialmente ZA 10464, se creó en el año 1979, figurando como titular del mismo la Junta de Vecinos de Fresno, una entidad diferente de la Junta de Montes Vecinales de Mano Común, fundada oficialmente el 1 de septiembre de 1990. Esta última es la dueña de los montes, pero nada tiene que ver con el coto. Según la resolución del Jurado Provincial de Montes de Mano Común publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Zamora el 9 de diciembre de 1983, se clasifican como «montes vecinales de mano común los radicados en el término de Fresno de la Carballeda, de los que son titulares dominicales los vecinos de Fresno de la Carballeda». Desde esa fecha, según la denuncia, los montes «dejaban de ser propiedad del Ayuntamiento de Mombuey y pasaban a ser de los vecinos de Fresno».

En 2001, la junta de vecinos, titular del coto, no de los terrenos, constituye el Club Deportivo de Caza San Bartolo, bajo la presidencia de Fidel Ramos y actuando Enrique Miguez, como secretario. Ambos son también vecinos de Fresno y bien conocidos en la zona. El 10 de marzo de ese mismo año celebraron una asamblea extraordinaria en la que deciden transmitir la titularidad del coto al recién creado Club. Una transmisión de titularidad que en realidad solo era de nombre, puesto que la junta de vecinos estaba integrada, básicamente por las mismas personas. La Junta de Castilla y León denegó en primera instancia el cambio por considerar que existían dudas sobre la legalidad de la citada asamblea. En consecuencia, el acuerdo del Servicio Territorial de marzo de 2004 es la extinción del coto de caza ZA10464 por no adecuarse a la legislación vigente.

El club presentó recurso ante la Dirección General de Medio Ambiente Natural, en Valladolid, y lo ganó, contrariamente a lo dictaminado en los servicios de Zamora. El nuevo acuerdo de la Junta, de diciembre de 2006, determinaba que el expediente se retrotrajera a la fecha de presentación de solicitud del cambio de titularidad, 14 de abril de 2003. Casi once años después, el expediente sigue sin concluirse, tal y como pudo comprobar este diario a finales de esta misma semana. Así lo demuestra también la lista oficial de cotos de la Junta, donde sigue constando como titular la supuestamente extinguida junta vecinal de Fresno y como arrendatario de los derechos cinegéticos Antonio Mateos Viñuela, secretario del Club San Bartolo, sin que figure quién otorgó dicho arrendamiento. El hecho es que, durante los once años transcurridos, y sin haberse establecido aún a quien corresponde la propiedad del coto y si, saber si la documentación que obra en poder de la Administración es o no correcta, la Junta ha estado facilitando precintos para la explotación económica de unos terrenos cuya propiedad y derechos permanecen en el limbo jurídico.

En el expediente para el cambio de titularidad el club San Bartolo presentó dos declaraciones juradas, el único requisito que exige la orden publicada en el Boletín Oficial de Castilla y León (BOCYL) en septiembre de 1998. En las declaraciones juradas el club adjunta una relación de parcelas atribuyéndose el aprovechamiento de las mismas por un periodo de 23 años. Las parcelas se corresponden con las que forman los montes vecinales propiedad de la Junta de Montes de Mano Común y que nunca ha dado su consentimiento para su utilización. Pero en los escritos, el club atribuye la propiedad de las parcelas al Ayuntamiento de Mombuey como «comunales del Ayuntamiento». En la denuncia presentada por Explotaciones Yelmo se hace constar como otra irregularidad más la supuesta colaboración de la corporación de Mombuey que aprobó en sesión de pleno la cesión del aprovechamiento cinegético de unas parcelas que no son suyas, a pesar, dicen los denunciantes «de saber y conocer que no podía hacerlo ya que el propietario era la Junta de Montes Vecinales en mano común de Fresno. El acuerdo municipal, por tanto, es nulo de pleno derecho».

Una segunda declaración jurada hace referencia a las parcelas de particulares de la localidad de lo que no obtuvieron autorización para explotarlas para la caza. En este caso, los demandados hacen uso de lo dispuesto en la Ley de 1996 que considera «incluidos en un coto de caza aquellos predios enclavados en el mismo cuyos propietarios o titulares de otros derechos reales o personales que conlleven el uso y disfrute del aprovechamiento cinegético no se manifiesten expresamente en contrario una vez que les haya sido notificado personalmente». Son las denominadas «fincas enclavadas», que la citada normativa atribuye «a aquellas parcelas cuyo perímetro linde en más de sus cuartas partes con el coto». Esa misma ley recoge que en caso de que los titulares «sean desconocidos, se ignore el lugar de la notificación, o bien, intentada esta no se hubiese podido llevar a efecto», la notificación se podrá realizar con arreglo a lo dispuesto en la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Así, en caso de fallar la notificación personal, se realizaría «mediante de anuncios en el tablón de edictos del Ayuntamiento, en el Boletín Oficial del Estado, de la Comunidad Autónoma o de la Provincia, según cuál sea la Administración de la que proceda el acto a notificar y el ámbito territorial del órgano que lo dictó».

Fuentes vecinales consultadas por este diario no tienen noticia de que dicho anuncio fuera colgado en el tablón de anuncios del que dispone Fresno, distante cuatro kilómetros de la cabecera de municipio, Mombuey, y que cuenta con 32 habitantes empadronados. Los autores de la denuncia presentada ante Medio Ambiente estiman que «de modo fraudulento, alegando que ignoraban la identidad de los propietarios, acudieron a la fórmula subsidiaria de publicar por 30 días un edicto en el Ayuntamiento de Mombuey y en un periódico para fingir que habían cumplido el trámite. De este modo, nacie se opuso porque los vecinos no se enteraron. ¿Cómo no iban a saber la identidad de los propietarios si eran sus propios vecinos del pueblo? ¿Por qué no pusieron el edicto también en el tablón de anuncios de Fresno?».

La conclusión de los denunciantes es clara: «se ha diseñado una burda maniobra a espaldas de los legítimos propietarios de los terrenos incluidos en la solicitud de cambio de titularidad del coto, para hacerse con el aprovechamiento cinegético de unas parcelas falseando la realidad y presentando una serie de documentos con apariencia de válidos pero que son falsos en cuanto a su contenido interno». Por lo tanto, solicitan «la declaración de la nulidad de las dos declaraciones responsables presentadas por el representante del Club San Bartolo, en concreto la referida a la posesión de los derechos cinegéticos de determinadas parcelas y la de inclusión de enclavados, y a consecuencia de ello se deniegue el cambio de tiularidad del coto solicitada y por ende la extinción del mismo».

Para los autores de la denuncia existen suficientes indicios de infracción penal en los hechos y hacen referencia expresa a los «perjuicios económicos que la actuación del presidente, secretario y del miembro del club de caza, Antonio Viñuela, están originando al resto de los vecinos y propietarios de parcelas en el pueblo, los cuales, durante más de 15 años de litigios y controversias sobre la titularidad del coto de caza, han visto como las mencionadas personas se han estado lucrando con la explotación de un uso cinegético sobre parcelas comunales y de propiedad privada, sin entregar, a los que en definitiva ponen la tierra, ninguna contraprestación económica, valiéndose de subterfugios legales y aprovechándose del desconocimiento e ignorancia de la gente para conseguir sus torticeros y lucrativos fines».

Explotaciones Yelmo es también arrendataria de pastos en Fresno, concepto por el cual paga anualmente a los vecinos 6.000 euros «que van a parar al pueblo para beneficio de los vecinos, mientras que las personas mencionadas y por la utilización de terrenos ajenos en más del 95% de la superficie, no pagan o entregan cantidad alguna al pueblo, habiendo convertido la citada localidad en un cortijo particular para su propio enriquecimiento».

En la denuncia, además de la nulidad de las actuaciones, se solicita, como medidas cautelares tanto la suspensión del trámite del expediente presentado en 2003, así como del aprovechamiento del coto «por cualquier persona» en lo que se refiere a concesión de precintos de animales de caza o cualquier otro tipo de aprovechamiento cinegético hasta que exista una resolución firme por parte administrativa.

Escenario de furtivismo y quejas

La creciente población faunística, sobre todo de corzos, ciervos, jabalíes y otras especies cinegéticas provoca no pocas controversias en una comarca, Sanabria, donde la actividad agroganadera tiene, a veces, un difícil entendimiento con la explotación de la Naturaleza como recurso turístico y patrimonio medioambiental. Las fotos que ilustran esta página corresponden a restos de ciervos hallados, precisamente, en Fresno de la Carballeda, temporadas atrás. La zona es un frecuente escenario de furtivismo y también fue objeto de polémica cuando, hace tres años, una enfermedad causó la muerte de varios ejemplares de ciervos. Entre los casos más sonados de presunto furtivismo, todavía está pendiente de resolución judicial definitiva las denuncias por el tráfico de carne de caza ilegal en Asturianos. Por otro lado, son frecuentes las quejas de agricultores por los daños que los animales causan en los sembrados y una polémica más afecta a la seguridad por carretera, debido al elevado número de accidentes por animales, en particular en la carretera N-631 que conecta la capital con Sanabria. A ello habría que sumar la fuerte polémica causada por la creciente población del lobo.

 

 

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