La plaga de conejos de monte que ponen en riesgo los viñedos del Bierzo se ha convertido en el principal problema a combatir por el sector, especialmente en la zona que va desde el río Cúa, en Cacabelos, hacia Villafranca, la más productiva, donde se concentra el 70% de los viñedos con D.O. Y es que este es el peor de los años que se recuerdan, en palabras del propio presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los Vinos del Bierzo, Alfonso Arias, que prevé que los daños se multipliquen hasta por diez en comparación con lo sucedido el año pasado. A modo de ejemplo, Arias concretó que en su caso, durante la campaña del 2011 perdió alrededor de 300 cepas a causa de la plaga, mientras que este año, cuando la brotación de las vides está comenzando, ya cuenta unas 4.000.

 

Un panorama desolador para el que el presidente de la D.O. Bierzo solicita la unión de todos. Viticultores, cazadores y administración deben trabajar de la mano para combatir un problema que surgió en la comarca hace cuatro años y que ha ido empeorando con el tiempo. Algunos agricultores se han planteado incluso sacar sus parcelas de los cotos de caza ante el descontento generalizado con los cazadores. Sin embargo, ésta no sería la mejor opción, dado que si nadie da caza a los conejos la ya superpoblación seguirá creciendo hasta límites insospechados.

 

De momento, cotos de caza como el de Cacabelos ya ha solicitado a la Junta de Castilla y León la puesta en marcha de medidas de descaste, considerando que la mejor solución ahora mismo es la utilización de hurones y redes, ya que el uso de munición en pleno viñedo puede hacer más daño que beneficio, ya que si los proyectiles impactan con las plantas estas se podrían secar, dado que ahora los brotes todavía están tiernos. El año pasado, la plaga de conejos comenzó a hacer estragos cerca ya de la vendimia, las uvas ya tenían un tamaño considerable. Ahora, en cambio, el proceso hasta la recogida no ha hecho más que esperar y lo pequeños brotes que están surgiendo acaban siendo devorados.

 

No obstante, pese a estar por la labor de dar caza a los conejos, desde los cotos de caza aseguran que poco pueden hacer si no se desbrozan los terrenos cercanos a los viñedos y los márgenes de las carreteras. El presidente del coto de Cacabelos, Carlos Domínguez, recordó que ellos no pueden cazar en las proximidades de las carreteras y tampoco en torno al Castro Ventosa por ser un espacio protegido.

 

Pero es que, dice Domínguez, es también una zona llena de maleza que se ha convertido en la guarida de estos animales.

 

Si los desbroces son una medida eficaz, en Toral de los Vados ya han empezado con ello. Consciente de la problemática de los viticultores, el Ayuntamiento ha iniciado el desbroce de las parcelas aledañas a los viñedos en la pedanía de Iglesia del Campo.

 

 

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