Al corzo ya se le puede ver por la llanura, por los sembrados, por los campos de cereal y las riberas de los ríos de la provincia. Hace años su avistamiento podía ser una sorpresa, pero en los últimos tiempos es ya algo normal en esta época.

Desde hace unos días, coincidiendo con el importante impulso que ha dado el campo, como consecuencia de la nieve y lluvias recientes, la figura del corzo pastando por la campiña viene siendo contemplada de nuevo por muchas personas.

Desde hace unos años, se viene observando esta novedad, que principalmente en la primavera, es motivo de observación y admiración, por parte de muchas personas. Un nuevo hábito y comportamiento de los corzos, que también es constatado por el personal de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. “Los animales, que en su momento bajaron de la Sierra, ya incluso tienen colonizadas algunas zonas en el llano y ya ni siquiera vuelven a la Sierra”, explicaba ayer un agricultor, que reconoce haber visto parir y criar a algún ejemplar, en la zona de El Vadillo, situada entre Encinillas y Valseca.

Entre esos abundantes territorios, “está el caso de los pinares de Ahusín, Yanguas de Eresma, y Carbonero el Mayor, así como entre las localidades de Valseca y Bernuy”, señalan. En este aspecto, los ojeos realizados estos últimos años por agentes de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, han apuntado a los valles y riberas de los ríos Eresma y Voltoya, como dos de sus principales corredores naturales habituales.

El corzo es un animal que necesita agua y frescura, “y en estos momentos del inicio de la primavera, esta es una zona propicia, donde aprovechan los ríos y las extensiones agrícolas para remozarse”, señala una persona. Estos animales también causan sorpresa en la carretera, donde ya han provocado varios accidentes.

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