Abundancia de alimento y pocos depredadores son el caldo de cultivo perfecto para que los jabalíes campen a sus anchas por los montes de la provincia provocando enormes destrozos en cultivos y campos de golf. Desaparecieron durante el siglo XVIII en Málaga y ahora, más de 300 años después, se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza para la Consejería de Medio Ambiente, que trata de regular sus densas poblaciones con batidas controladas para frenar su expansión. En la reserva andaluza de caza de Sierra Tejeda ya han comenzado este año. La última tuvo lugar la semana pasada en la zona conocida como Pinar Viejo dentro del monte Cortijo del Alcázar en el término municipal de Alcaucín donde se dieron cita experimentados cazadores que pusieron a este animal salvaje en el centro de su objetivo.

La mancha de caza, es decir la superficie sobre la que se realizó esta batida, fue de más de 300 hectáreas en una zona de pinar salpicado con denso matorral cono jarales o zarzales que hacen las delicias de la gran población de jabalíes que se concentran allí. Unos 35 puestos de caza y una docena de rehalas -grupos de perros que participan en la caza mayor- abatieron a 52 ejemplares en esa ocasión, según los datos de la Delegación Provincial de Medio Ambiente. Estas batidas están contempladas dentro del plan de aprovechamiento cinegético de esta reserva para la temporada 2011-2012 y el próximo miércoles será la siguiente, aunque esta vez en el término municipal de Canillas de Albaida.

Lo mismo ocurre en las otras dos reservas naturales de caza que la Junta de Andalucía gestiona en la provincia de Málaga y que se encuentran en la Serranía de Ronda y en Cortes de la Frontera. El control de las poblaciones de jabalíes se ha convertido en una prioridad y en una reivindicación cada vez más demandada por los agricultores malagueños que ven como la expansión de estos animales hace peligrar la supervivencia de sus cultivos. Se comen todo lo que encuentran a su paso. Especies de flora y fauna protegidas, los cultivos, el césped de los campos de golf y hasta las gomas de los sistemas de riego por goteo de las fincas rurales.

En los últimos años han aumentado tanto su población que ni las cacerías que se organizan cada año pueden poner freno a los más de 5.000 jabalíes que se calcula que hay repartidos por toda la provincia. La reaparición de esta especie en los montes malagueños se remonta hasta hace sólo unas cuatro décadas cuando algunos particulares los trajeron como animales de compañía y cuando crecieron y ya no los podían cuidar los soltaron en el campo.

Los problemas surgieron cuando se mezclaron con los cerdos salvajes dando como resultado una especie de cerdos asilvestrados que está acabando con la paciencia de todos y que se ha disparado en zonas como el Valle del Genal o los Montes de Málaga.

La Consejería de Medio Ambiente ha encontrado en los cazadores a sus mejores aliados para controlar a esta problemática especie que tantos daños han causado ya.

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