La caza del jabalí en la modalidad de espera ha vuelto a reunir este año a una treintena de cazadores del Camp de Morvedre. Esta práctica, autorizada únicamente entre mayo y septiembre cuando los animales han tenido sus crías, sólo requiere una autorización de la dirección general de Territorio, así como ganas y paciencia. De hecho, tanto el aumento de la afición como la climatología ha hecho descender el número de capturas, que ahora se sitúan entre las 15 y las 20 piezas para los mejores cazadores. Atrás quedaron los ejemplares de 130 kilos.

Respecto a la autorización, el interesado debe formar parte de la asociación de clubes de caza de la Sierra Calderona, a la que pertenecen trece municipios, siete de ellos -Sagunt, Gilet, Albalat dels Tarongers, Estivella, Segart, Algímia d'Alfara y Torres Torres- del Camp de Morvedre. Este permiso lo solicita cada sociedad y es su presidente el que lo otorga personalmente a cada uno de los cazadores interesados. Las autorizaciones se conceden en función de la extensión de los cotos, que, en este caso, es dos escopetas cada 1.000 hectáreas.

Tras el permiso, los aficionados a esta modalidad de la caza mayor deben cumplir una serie de normas, como la prohibición de cobrarse como presa hembras y crías o de utilizar atrayentes como el gasoil. Además, la carne del jabalí no puede ser objeto de venta y el número de piezas capturadas debe comunicarse a la dirección general. La normativa también recoge que los puestos de espera deben ubicarse en zonas de cultivo, porque el objetivo de esta actividad es evitar que estos animales acaben con las plantaciones.

Además, esta afición requiere paciencia, ya que son muchas las horas que pueden pasar hasta que aparezca la presa. "Muchas noches, nos vamos después de cenar y volvemos a las seis", explica el presidente del club de Estivella, Fernando Mateu. Horas que los cazadores pasan arriba de un árbol o en el suelo, camuflados con ramas en forma de cabaña.

Los practicantes más expertos eligen la noche, porque es el momento en el que los animales salen a comer. Pese a la creencia generalizada, el jabalí es un mamífero temeroso, que huye al menor ruido u olor y no ataca si no está herido o ve en riesgo a sus crías.

Esperar a que entren
Para esta modalidad también es importante conocer el terreno y los hábitos del animal. "Para tener éxito, debes controlarlos muy de cerca y saber por dónde han entrado al coto". Otro paso importante es el puesto de caza, que cada cual se construye preferentemente en huertos de almendros o frutas, comida preferida del jabalí. Y entonces "esperas a que entren". En silencio y revisando que "el aire no te traicione, ya que te pueden oler a 200 ó 300 metros".

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