«El incremento de ciervo ha sido tan grande que en el periodo de ocho-diez años era impensable pensar que en provincias como Guadalajara y Cuenca, donde primaban más otras especies como el corzo o el muflón, podrían alcanzar la densidad que hoy tienen». Quien habla así es el presidente de la Federación regional de Propietarios Rurales Productores de Caza y Conservación del Medio Ambiente (Aproca), Luis Fernando Villanueva. Una vez terminado el periodo libre de veda de 2010-2011, reconoce a La Tribuna que sigue notando un crecimiento incontrolado de ciervos en estas dos provincias castellano-manchegas.

Las consecuencias ya se están notando, según señala Villanueva que apunta en dos direcciones a la hora de hablar de los «problemas graves que está acarreando» este incremento de la densidad de ciervos. Una de sus preocupaciones es que los ciervos provocan accidentes de tráfico por atropello. Destaca que ocurre sobre todo en las provincias de Guadalajara y Cuenca, «donde es un terreno libre y no hay valla». Además critica que «por una mala interpretación de la Ley de Tráfico» el responsable del accidente acaba siendo el titular del coto.

Otro de los perjuicios se lo lleva la agricultura. Y de nuevo, Villanueva se queja de que les toca pagar a ellos. «No hay ningún seguro de responsabilidad civil que albergue la posibilidad de cubrir los daños de agricultura, por lo cual los tiene que pagar también el titular del coto», protesta.

En Guadalajara y Cuenca precisamente esos cotos suelen tener un perfil social, es decir, que pertenecen a sociedades locales de cazadores, por lo que es la «gente del pueblo» la que tiene que pagar los daños. Según Villanueva esto hace que en muchos casos «será totalmente inviable y se quedarán libres muchos cotos». Este modelo de gestión social del coto es a la vez una de las causas de que la población de ciervo en Cuenca y Guadalajara haya crecido tanto últimamente.

Otro modelo.
El modelo opuesto es el de Toledo y Ciudad Real, donde la población de caza mayor se mantiene estable, porque «priman los cotos cercados». De hecho, estas dos provincias acaparan la mayor parte del negocio cinegético de Castilla-La Mancha y un 80% del total de las capturas. Villanueva defiende este sistema de gestión «más regulada y controlada» de las densidades de población de cada especie, mediante planes específicos y cupos.

«Sólo en aquellos momentos en que, por razones de crisis, se decida dejar de cazar de dos a cuatro años, será cuando aquellos ‘anti-caza’ se van a quedar totalmente convencidos de la absoluta necesidad del sector cinegético», apostilló el presidente de Aproca.

El responsable de la Federación regional de Caza, Juan de Dios García, también conoce los daños que está produciendo la población de ciervos en Guadalajara y Cuenca. Lo compara con lo que ocurre con los conejos, «que se está paliando en la manera de lo posible gracias a los permisos que se está concediendo para su control». García se queja, en cambio, de que con los ciervos «la expedición de permisos es mucho más lenta».    

FUENTE: La Tribuna de Albacete