Ramón Balbás, presidente de la Asociación Española de Cetrería, opina que la muerte de 'Iniesta' puede tener un componente «enfermizo de coleccionismo», que ha llevado a quien lo mató a quedarse con las garras. Un caso raro. Pero, «lamentablemente, es bastante frecuente que los cetreros nos veamos afectados por otros usuarios de la naturaleza que llevan escopetas. Algunos, una minoría, se fijan en nuestros animales y los tienen como objetivo».
El portavoz del colectivo no se refiere a Cantabria, sino al conjunto de España. Lo más frecuente es que los halconeros salgan de la región hacia zonas donde se dan en abundancia la perdiz, el pato y otras especies cinegéticas. El pasado 11 de diciembre, uno de los participantes en una jornada de la AECCA en Ciudad Real perdió a una hembra de halcón peregrino abatida por un cazador. El autor del disparo fue localizado enseguida y admitió su «error». El percance se cerró con un acuerdo amistoso: el cazador pagó 4.000 euros como compensación.
Conciencia ecológica
«Los cetreros tenemos conciencia ecológica y conservacionista. Somos defensores a ultranza de los hermanos salvajes de nuestros pájaros y de otros depredadores que pertenecen a especies estrictamente protegidas. Cuando disparan contra nuestros halcones, nos enteramos, porque los tenemos localizados por telemetría. Pero lo más grave es que hay cazadores que matan rapaces silvestres y no llega a saberse. Deberían pensar que esas conductas están castigadas con sanciones económicas importantes y que, cuando pegan un tiro a esas aves, pueden estar vigiladas y salirles caro», subraya Balbás.
El presidente de la Federación Cántabra de Caza, Nacho Valle, asegura que no conoce ningún caso de halcón adiestrado que haya muerto por disparos de cazadores en la región. «Nuestra relación con los cetreros es muy buena. De hecho, vamos a proponer a la Consejería que apruebe una orden para autorizarles a cazar con sus animales en los terrenos libres, no acotados, en los que está prohibido el uso de escopeta». Valle afirma que, en sus salidas, ha observado que hay «abundantes y crecientes poblaciones de ratoneros, águilas, azores y otras rapaces. A nuestros afiliados no se les ocurriría apuntar contra ellas. Además, están muy especializados y es muy difícil que se confundan y maten a un halcón por accidente».