La plaga de conejos cobra nuevos bríos y se extiende

Enviado por montero el 26-04-2010

La Unió de Llauradors ha denunciado que la normativa que aprobó la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, por la que se aprobaban medidas extraordinarias para 'el aprovechamiento, gestión y control del conejo de montaña en la Comunitat Valenciana', no han servido para casi nada, con lo que la plaga de conejos sigue su progresión con graves perjuicios económicos para los agricultores afectados.

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La Unió de Llauradors ha denunciado que la normativa que aprobó

la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, por la que se aprobaban medidas extraordinarias para 'el aprovechamiento, gestión y control del conejo de montaña en la Comunitat Valenciana', no han servido para casi nada, con lo que la plaga de conejos sigue su progresión con graves perjuicios económicos para los agricultores afectados.

Esta organización agraria señala que las actuaciones contenidas en la Orden oficial eran fruto del acuerdo entre dicha Conselleria de Medio Ambiente y la de Agricultura, «a través del cual se establecían medidas, todas ellas sin presupuesto, para luchar contra la plaga de conejos».

La plaga de conejos cobra nuevos bríos y se extiende

Daños provocados pr los conejosen tronco de naranjo (Foto: LA UNIÓ)

En la normativa de lucha contra la proliferación de estos animales dañinos se incluían poblaciones de comarcas muy afectadas, como las de la Vall d'Albaida y Utiel-Requena, pero también términos municipales de otras zonas.

Las medidas, sin embargo, «no han servido en absoluto para controlar esta plaga de conejos, más bien al contrario -señala La Unió-, puesto que el problema se ha extendido no sólo en las áreas amparadas por la normativa, sino también en aquellas que no lo están».

Los responsables y los técnicos de La Unió consideran que «es urgente establecer nuevas medidas complementarias a las establecidas durante el pasado año para controlar y erradicar esta plaga».

Con este objeto ha solicitado la organización agraria una reunión urgente con la consellera de Agricultura, Maritina Hernández, «para tratar de un asunto como este, de gran importancia para los agricultores valencianos».

Gran parte de las disposiciones incluidas en el plan de la Generalitat para el control del conejo contaban con la colaboración de los cotos de caza y de sus asociados. Sin embargo, La Unió cree que la mayor parte de las sociedades de cazadores «no se han implicado como sería deseable, y por tanto han contribuido a la ineficacia en el control del problema».

Ante esta situación, este sindicato del campo apuesta porque los agricultores con daños en sus parcelas ocasionados por los conejos comuniquen esta situación a los cotos y en caso de omisión presenten la correspondiente denuncia ante los responsables de los mismos, según donde se encuentren las parcelas afectadas.

En este sentido cabe indicar que la Ley de Caza de la Comunitat Valenciana es muy concreta al respecto, pues establece claramente que los titulares de los espacios cinegéticos son los responsables de los daños que las piezas de caza ocasionen en los cultivos. Por tanto, tienen obligación de velar porque esos daños no se produzcan y, en su caso, resarcir a los propietarios afectados.

Sin embargo, entre lo que pone en la normativa y lo que ocurre en la realidad media un buen trecho, como suele ocurrir en tantas ocasiones.

Además parece evidente que se trata de intereses contrapuestos. A los cazadores les favorece que haya piezas para cazarlas, mientras que a los agricultores les perjudica la proliferación de esas piezas, en este caso conejos, porque arrasan cultivos, tanto hortícolas como frutales.

Un problema añadido es que los conejos siguen contemplándose oficialmente como especie cinegética en todos los casos, no como plaga cuando su población crece y causa daños. Eso impide que los agricultores puedan emplear medios por sí mismos para defender sus plantaciones, como ocurre con cualquier plaga. Sólo pueden utilizar sistemas pasivos de protección, como repelentes y vallas alrededor de las parcelas y de las plantas, pero son costosas y de poca eficacia, porque los animales acaban escarbando por debajo de ellas, o trepan, y a fin de cuentas son elementos que entorpecen el normal desarrollo de tareas de cultivo.

Si donde son plaga los conejos se declararan como plaga, como ya ocurre en Francia, los agricultores podrían defenderse mejor ante ellos. Así tienen que resignarse a ver cómo destruyen las plantas, incluso roen la corteza de los naranjos y otros frutales, sentenciando a muerte a los árboles afectados, en medio de la pasividad general.

FUENTE: lasprovincias.es

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