La caza también es economía en tiempos de crisis. El ejemplo claro lo puso ayer la subasta de piezas de la Reserva Regional de Ancares celebrada en Villafranca del Bierzo. No quedó ni una sola pieza fuera de la subasta. De esta forma salieron a la puja para dar caza 55 animales y siete batidas de jabalí, y lo recaudado en las diferentes especialidades alcanzó un desembolso total de 108.067 euros. Todo irá a parar a las juntas vecinales de la reserva pertenecientes a los ayuntamientos de Villafranca, Fabero, Candín, Peranzanes y Vega de Espinareda.

El desglose de la subasta de las 55 piezas y las 7 batidas de jabalí fue el siguiente: De macho montés se subastó por 3.275 euros un trofeo y otros tres no medallables por 5.501 euros en total. Ciervos se subastaron dos trofeos por importe de 3.172 euros, más cinco no medallables por importe de 4.998 euros.

Los rebedos se subastaron 24 en total, cinco de ellos fueron trofeo por importe total de 16.855 euros, más 19 no medallables cuya subasta arrojó el pago de 34.832 euros.

Corzos salieron a subasta 11 con categoría de trofeos por los que se pagaron 15.883 euros y otros 9 corzos no medallables por importe de 7.891 euros. Las batidas de jabalí fueron siete, que en total alcanzaron en la puja un precio de 15.660 euros en un solo lote. Por piezas, por el macho montés se pagó un máximo de 3.275 euros y un mínimo de 1.601 euros por el no medallable. En ciervos el máximo fue de 1.586 euros y el mínimo 901. Por rebecos, el trofeo fue de 3.625 euros y el mínimo 1.700. En corzo osciló entre los 1.850 y los 720. La batida de jabalí más cara ascendió en la subasta a 3.000 euros, y la más barata a 656 euros. El alcalde de Villafranca, Agustín García Millán, fue uno de los principales impulsores de este éxito al publicitarlo con antelación y lograr que no quedase desierta ni una pieza.

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