Después de leer con estupefacción las declaraciones del actual Presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, en donde hace mención a las buenas perspectivas de la temporada y presumiendo de buena gestión; creo que los cazadores debemos manifestar nuestra opinión al respecto y realizar algunas aclaraciones ante lo que en la opinión de muchos esas declaraciones son una broma o tomadura de pelo al colectivo de cazadores.

Cualquier cazador que el pasado 14 de octubre, día de la apertura de la caza menor, saliese al monte a cazar en las zonas de Vilatuxe, Doade, Castro o Val do Boi, se dio cuenta que cuando en esas zonas hace dos días (el viernes pasado ultimo día de entrenamiento previo al desvede) el número de perdices era casi nulo, pues en la mayoría de casos solo se podían encontrar tres o cuatro ejemplares. De pronto, al llegar al monte el día de la apertura de la caza se encontraron con bandos de diez perdices como si hubiesen criado de la noche a la mañana las pocas que había. Claro que lo curioso del asunto y que demuestra que las perdices estaban recién soltadas es que esos ejemplares estaban totalmente desorientados y se dejaban coger por los perros, y en vez de tratar de alejarse de estos y los cazadores en muchos casos corrían sin levantar el vuelo hacia ellos poniendo en evidencia su falta de bravura y adaptación al monte.

Como consecuencia de este despropósito con el que se pretendió convencer al colectivo de socios de que se había realizado una buena gestión en las repoblaciones, las perchas en esas zonas pronto se llenaron de perdices de patas blancas, convirtiendo la jornada en una especie de carnicería que en nada se parece a la caza, como ya denuncié en un artículo anterior. Es evidente que los mismos resultados se podrían haber obtenido en los montes de Zobra sin tener que realizar ninguna gestión más que la compra y suelta de las perdices el día anterior.

La directiva actual de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín menosprecia a los cazadores del coto si piensa que no somos capaces de diferenciar una perdiz adaptada al entorno y soltada unos meses antes o nacida en el mismo, con otra soltada el día anterior y que no tiene ninguna posibilidad de defenderse; siguen confundiendo lo que es un coto de caza con un coto intensivo, que es en lo que se está convirtiendo nuestro coto. En cuanto al conejo y la liebre -ya sería el colmo que se hiciesen sueltas el día anterior-, la jornada ha sido muy desigual en todo el coto y las capturas fueron escasas excepto en dos o tres puntos concretos.

En definitiva, un comienzo de temporada con carne en el monte en las tres o cuatro zonas donde se concentran la mayoría de cazadores perdiceros debido a la casi total falta de piezas en el resto del coto para el caso de las perdices, y muy pocas piezas de conejo y liebre.

Por último decirle a la actual directiva que muchos creemos que la mejor contribución a nuestra sociedad de caza es que faciliten que otros tomen las riendas de la sociedad con nuevas ideas, pues la suya después de ocho años ha sido en nuestra opinión un fracaso. Además como lo que todos queremos -no tengo duda que incluida la actual directiva- es que nuestro coto sea el mejor posible, y puesto que el formar parte de esa directiva no conlleva ningún beneficio económico y solo se trata de aportar ideas y mejorar nuestro coto, esto no debería ser muy difícil de asumir, ni tampoco tomarse como una cuestión personal.

FUENTE: José Luis Gil Fernández (Vecino de Lalín)