Varios ganaderos y agricultores de Lalín han alternado en las últimas semanas a la Oficina Agraria del Concello de la presencia de jabalíes en los campos. "Si bien reconocen que no se están produciendo daños cuantiosos, sí afirman que es frecuente ver estos animales en grupos de cinco y hasta incluso de diez", explica el concejal de Actividade e Producción Agraria, Antonio Rodríguez.

La preocupación por la amenaza que el cerdo salvaje supone para las cosechas es latente en todo el municipio, si bien se acentúa en la zona de las parroquias de Cadrón, Maceira y Sello, desde donde la oficina local ha recibido llamadas de vecinos quejándose de la significativa presencia de ejemplares. Ante estas reclamaciones, el Concello pide agilidad a la Xunta que, aunque dio autorización a los tecores para realizar batidas a partir del 18 de agosto, "esperamos que no pase como hace dos años en los que hubo daños elevados, y por eso pedimos tanto a la Xunta como a la Sociedade de Caza que se hagan batidas y que se empiece a controlar esta población para no tener que lamentar daños mayores", explica Fernández.

A los ganaderos les preocupa que el jabalí destroce las cosechas de maíz, que crecen hacia la fase de espigado. La sequías del mes de marzo y las lluvias de abril retrasaron la siembra, que se produjo en una época en que los cerdos no se encontraban en la zona, ya que son animales trashumantes. Esta circunstancia favoreció que no se produjesen demasiados ataques, que sí son frecuentes otros años.

Para atajar su presencia en las cosechas la Consellería de Medio Rural, los sindicatos, los agricultores y las sociedades de caza acordaron el pasado mes de marzo un plan para sustituir las tradicionales batidas por esperas nocturnas. En la zona, la parroquia silledense de Graba y parte del área de Laro fueron las primeras en aplicar la medida, que la Xunta autoriza en un plazo máximo de 24 horas desde que el tecor la solicita previa petición del particular afectado.

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