Uno de los celadores junto a un buen macho montés (Foto: Ricardo Muñoz)

La Sierra de Gredos tiene en la Capra Pyrenaica Victoriae su principal emblema y una importante fuente de recursos. Aunque es preciso ascender a las cumbres para contemplar a los machos más espectaculares, no resulta complicado observar algunos ejemplares en el entorno de la Plataforma.

Al borde de la extinción a principios del siglo XX, con apenas una veintena de ejemplares, en 1905 el rey Alfonso XIII, abuelo del actual monarca, creo el Coto Real de Gredos, la primera figura de protección de la zona. El trabajo realizado desde entonces ha contribuido a consolidar la población en torno a los 6.000 ejemplares. En concreto, 5.768, un número que se mantiene "estable" durante los últimos cinco años, según explica el director técnico de la Reserva Regional de Caza de Gredos, Manuel Díez.

El interés cinegético "de esta" especie reporta cada año importantes ingresos a los propietarios de las fincas en las que se desarrollan las cacerías controladas. Entre los dueños figuran personas a título particular, pero sobre todo los 14 ayuntamientos que integran la Reserva Regional de Caza Sierra de Gredos, que se reparten cada ejercicio una media de 650.000 euros por este concepto.

Subastas

Cada año, desde que en 1972 empezaran las subastas, las localidades de la vertiente norte y sur de Gredos que turnan para acoger un sorteo al que acuden aficionados de todo el mundo. Especialmente estadounidenses y alemanes, que son los que suelen abonar las mayores cantidades para poder abatir los mejores ejemplares, los medallables, mientras que los aficionados nacionales se suelen conformar con los no medallables.

Aunque en general el desembolso medio suele ser menor, sobre todo en los últimos años debido a la crisis, el macho por el que más se ha pagado se subastó en 2006. Fue adjudicado en 10.326 euros de cuota de entrada y 5.889,81 de cuota complementaria. El precio varía en función de la zona y los años del macho: a más edad, mayor trofeo. Ésta es, quizá, la parte más espectacular y glamurosa de una especie que ha atraído hasta Gredos a personalidades como Alfonso XIII o su nieto, el rey Juan Carlos, que acudió por última vez en 1996. Aunque posteriormente ha sido invitado en varias ocasiones, el monarca no ha participado en nuevas cacerías, según Díez. También han acudido desde Rainiero de Mónaco hasta Franco, pasando por Fraga y Alfonso de Borbón.

Sin embargo, detrás de este aspecto más llamativo se encuentra una acertada gestión que ha logrado recuperar una especie que estaba en 1905 al borde de la desaparición. La creación del Coto Real sirvió para pasar de una docena de ejemplares a cerca de 2.000 en la década de los cuarenta y a casi 4.000 a finales de los setenta. A partir del año 2000 la población se ha estabilizado en unos 6.000 animales, distribuidos en las 37.000 hectáreas, aunque en realidad esta especie ha colonizado el amplio espacio comprendido entre el Puerto de Tornavacas y el de Mijares.

Repoblaciones

Este endemismo de Gredos, fruto de la combinación de su evolución y el aislamiento geográfico, no sólo ha conquistado las cumbres de este macizo, sino que ha propiciado reintroducciones en otros puntos.

De esta manera, la Capra Pyrenaica Victoriae fue reintroducida en la Reserva Regional de Caza de Las Batuecas-Sierra de Francia, en Salamanca, en el año 1974. En aquel momento se capturaron 16 hembras y 6 machos. Además de colonizar otras zonas de España, los responsables de la Reserva también han recibido ofertas en este sentido desde Francia. Desde hace años, los franceses pretenden reintroducir la cabra de Gredos en la zona norte de los Pirineos, pero siempre se han encontrado con «reticencias» por parte de los gestores de la Reserva, ya que se trata de una "especie única en España" y su traslado supondría también un «daño económico».

Según Manuel Díez, algunos de los cazadores europeos que ahora se trasladan a Gredos para cazar, quizá dejarían de hacerlo. Esta especie que se desarrolla de manera totalmente natural en el macizo está vigilada por un equipo de 23 personas, de los cuales dos son los celadores mayores. En la cara sur Ángel Blázquez, de la saga de los Blázquez, y en la norte Carlos Chamorro. Díez elogia la labor de este equipo y su coordinación con la Guardia Civil. Esta acción coordinada ha propiciado dos importantes operaciones contra el furtivismo que «han dejado la Reserva libre de furtivos, por el momento». Fueron las operaciones "Chupete" en 2007 y "Almanzor" en 2009.

Por ello, la gestión de la Reserva de Gredos obtuvo en 2006 el Premio Especial de la Comisión Nacional de Homologación de Trofeos y en 2009 el Premio Edmond Blanc por el Consejo Internacional de la Caza (CIC).

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