En esta nueva entrada al blog, me voy a centrar en explicar cómo podemos usar estas señales que las perdices nos muestran en el plumaje, pico y anillo ocular para identificar que está sucediendo en nuestros acotados y como poder remediarlo.

Valorando dos indicadores importantes, el color rojo de los picos, dependiente de los carotenos y el color blanco de los baberos acromáticos, debido a que son determinantes a la hora de la selección sexual de la perdiz y la reproducción. Explicaré qué se ha encontrado en acotados donde se suelta perdices de granja en base a lo publicado en publicaciones científicas, cuestión muy relacionada con la presencia de carotenos y la expresión del color en plumas y picos, para acabar con algunas pinceladas de las mejoras que podemos realizar. Cuestión que trataremos en la tercera entrada del Blog.

Como vimos anteriormente, las perdices rojas se seleccionan positivamente entre si atendiendo a la intensidad del color rojo de sus picos, entre otros factores. Es decir, contra mayor color rojo tengas en el pico y el ojo, mayor probabilidades de emparejarte. Además contra mayores niveles de carotenos tengan las hembras disponibles en el organismo, mayor número de huevos serán capaces de poner, puesto que las hembras a la hora de la puesta usan los carotenos presentes en la sangre para generar los huevos.

Los carotenos se obtienen de la dieta, insectos, semillas, frutos, larvas entre otros. Los altos índices de manejo agrícola, están haciendo desaparecer insectos y variedades de plantas que se podían encontrar en linderos, primando por cultivos extensos y mono específicos. Si no hay diversidad de flores, semillas y frutos, no hay insectos, esto hace que la cantidad de carotenos disponibles en el medio disminuya o se creen en un territorio muy parcelado zonas muy buenas y zonas menos buenas para la cría de perdices.

Esto produce en la perdiz que el tamaño de puesta de las hembras pueda disminuir al tener pocos carotenos en sangre para generar huevos y mayor competencia entre individuos por los territorios buenos, lo que se traduce en un menor tiempo de los machos para reproducirse (competencia), cuidar las nidadas e incluso perder la posibilidad de encontrar dobles puestas (macho y hembra incubando un nido cada uno).

En lo referente al blanco de los baberos, como vimos es una señal del plumaje que las perdices usan para localizarse entre si, es decir, señalar a las hembras mi posición, marcar mis territorios entre otros. Sabiendo que al hacerme visible, asumo que me localice un depredador.

Para los que son aficionados al reclamo, les animo a medir el área blanca de estos baberos de sus mejores machos, puede ser que el mejor macho de reclamo no lo sea sólo por la excelencia de su canto, sino porque también presenta unos baberos más grandes que los demás. Y conociendo lo anteriormente explicado, queda en la mano de cada uno donde colocarse con el pájaro a eliminar machos, es decir, si cazamos machos en las zonas donde están los mejores hábitat, porque allí hay más perdices que en las zonas donde están los peores hábitat, puede que estemos eliminando a los mejores machos para reproducirse y sacar el mayor número de pollos adelante. Esto queda a la reflexión y gestión del propio cazador. Porque dependiendo el uso que le demos puede ser beneficioso o perjudicial para nuestro coto.

Lo descrito hasta el momento, es lo que ocurre en terrenos cinegéticos donde no se están realizando sueltas ni reintroducciones en la actualidad. Para resolver la pregunta ¿Qué ocurre con las perdices de granja que se sueltan o sobreviven a la temporada? Me voy a remitir a un estudio científico del publicado recientemente cuya cita podéis ver al final.

Dicho estudio realizado en cotos cinegéticos de la provincia de Ciudad Real donde se realizan reintroducciones de perdices de granja, constataron mediante análisis genéticos y posterior radioseguimiento de las perdices capturadas que las perdices de granja, a pesar de soportar un alto índice de depredación y caza, no sólo sobreviven, sino que se llegan a reproducir en campo.

En este caso se encontró un porcentaje de perdices híbridas que llego al 55% (constatado mediante análisis genéticos) de las muestreadas en alguno de los acotados, es decir, la pureza de las perdices procedentes de granja no era cierta.

De estas perdices hibridas, los machos capturados en campo eran de menor tamaño que los machos de perdices puras. Esto puede ser causado indirectamente debido al manejo en las jaulas de reproducción, machos grandes y fuertes, dañan más a las hembras reproductoras, sufren mayor estrés y daños físicos debido a las condiciones de confinamiento, por lo que se realiza una selección natural a machos de menor tamaño y más débiles que después sobreviven en campo.

Respecto a las hembras hibridas capturadas en campo, se descubrió que mantenían una condición física mejor que las puras pero niveles de carotenos mucho menores. Eran capaces de realizar puestas de mayor tamaño que las hembras puras salvajes, pero al tener menor número de carotenos movilizables para formar los huevos, estos tenían altas probabilidades de sufrir efectos negativos en la eclosión, gestación o desarrollo de los pollos. Las hembras puras generaban puestas menores, pero al tener mayor número de carotenos movilizables, tenían mayores porcentajes de éxito.

¿Cómo se traduce esto en el campo? Con las sueltas generamos una perdida en la pureza genética de la especie, los machos de perdices puras (salvajes) al ser más grandes y estar en mejores condiciones que machos híbridos, cubrirán a estas hembras hibridas. Al tener menores niveles de carotenos movilizables en sangre, hace que las probabilidades de perdidas en la reproducción o cría aumenten, por lo que disminuirían el número de efectivos cazables cada temporada.

Respecto a los machos híbridos, estos ocuparían los territorios menos buenos, puesto que son desplazados por los machos puros. Aún así hay altas probabilidades de que se reproduzcan con hembras puras. Si tienen territorios pobres, presentan un menor tamaño que los machos puros y su condición física es peor, lógicamente las probabilidades de éxito de las nidadas no son muy altas.

Como conclusión, la disponibilidad de carotenos en el medio juega un papel fundamental en la reproducción de la perdiz roja, estando determinado por la disponibilidad de buenos territorios con variedad de alimentación. Esto se puede paliar con la colocación de comederos dispersos por el acotado con una buena dieta. Y ante todo, no realizar sueltas o repoblaciones para reforzar poblaciones de perdiz ya existentes. Si se usa esta medida, que sea en zonas donde no exista la especie o haya desaparecido.

Si alguien tiene alguna duda, consulta o está interesado en hablar de alguna cuestión especifica, no dude en comentarlo.

Cita: F. Casas • F. Mougeot • M. E. Ferrero • I. Sánchez-Barbudo • J. A. Dávila • J. Viñuela (2013) “Phenotypic differences in body size, body condition and circulating carotenoids between hybrid and ‘‘pure’’ red-legged partridges (Alectoris rufa) in the wild” Journal Ornithology.on-line.