Hace alrededor de dos años un grupo de agricultores se dirigió al Cabildo de La Palma preocupado porque sus cultivos estaban siendo atacados por un pequeño loro que nunca antes habían visto. Se trata de la cotorra de Kramer, un ave exótica de la que hay unos 70 ejemplares en la Isla y que ahora se trata de erradicar.

Se desconoce cuándo llegó la cotorra de Kramer (Psittacula krameri) a La Palma y cuando dejó de ser una mascota enjaulada para anidar y reproducirse en la naturaleza, aunque desde hace dos años se tiene constancia de su existencia. Fue un grupo de agricultores el que dio la voz de alarma al ver cómo sus cultivos estaban siendo atacados por un pájaro que no habían visto antes y que estaba causando importantes daños. Tras varios meses de seguimiento y estudio, ahora comienza  la campaña para controlar este ave exótica invasora y, a más largo plazo, tratar de erradicarla en la Isla.

Alguno de aquellos agricultores que descubrieron en sus tierras a la cotorra de Kramer y los técnicos de Medio Ambiente del Cabildo palmero asistían ayer al curso en el que Susana Saavedra, directora de Invasive Bird Management (Inbima), les enseñaba cómo atrapar a los loros mediante las trampas que en talleres anteriores les había enseñado a hacer y colocar. «Es la única manera de capturarlos vivos», pues se trata de unas «trampas y trampas nido adaptadas para atraer sólo a esta especie», explica esta experta en control de especies exóticas.

Susana Saavedra esta convencida de que, si las cosas se hacen bien, La Palma está todavía a tiempo de erradicar este loro porque sólo se han localizado a unos 70 ejemplares en toda la Isla, lo que supone, dice, «una gran ventaja porque no necesita grandes recursos para controlarla».

Saavedra llama la atención sobre el daño que pueden causar las aves exóticas invasoras  en un ecosistema tan frágil como el canario, pero también en la agricultura. En concreto, la cotorra de Kramer está considerada una especie especialmente dañina incluso en las zonas de África y Asia de donde es originaria. Allí está catalogada, dijo Saavedra, como una «plaga del cultivo».

La cotorra de Kramer, que está incluida en el Catálogo Español de Especies Invasoras y desde el año 2013  no se puede  poseer, transportar o comerciar con ella, cuenta con poblaciones establecidas en las isla de Gran Canaria y en Tenerife, aunque sólo en  La Palma se ha instalado en zonas agrícolas.

FUENTE: