Tras la apertura de la zona salmonícola superior en Navarra, es decir la cercana a los pirineos incluyendo el Bidasoa y sus salmones, muchos pescadores se olvidan del sur de esta bella región. Lugares donde se combinan bellos parajes, localidades con historia y tradición y buenos rincones de pesca.

Navarra, a pesar de ser una comunidad autónoma pequeña ofrece una oferta de pesca muy variada. Podemos pescar carpas y distintos depredadores en sus embalses y tramos inferiores, pero sin duda la estrella es la trucha, con tramos excepcionales y por supuesto el salmón que se pesca en el Bidasoa en su tramo más cercano con el Guipúzcoa. La riqueza pero también la fragilidad de estos bellos parajes ha llevado a que se subdividiera en dos la zona de la pesca de la trucha.

La más delicada de todas, la pirenaica, es la zona salmonícola superior, que además de abrirse más tarde también obliga a obtener un permiso especial. Es en esa zona y en el Bidasoa es donde en el mes de mayo casi todos los pescadores de la zona ponen su vista, pero hoy, nos vamos en la parte sur de la comunidad foral, cerca de Pamplona, por el Embalse de Alloz, el río Salado y la sierra de Urbasa.

El río Salado, como su propio nombre indica, da nombre a una cuenca donde las salinas se han explotado desde hace siglos y se siguen explotando. En Salinas de Oro está uno de los pocos lugares donde hay activas “salinas de manantial”. En verano, el agua del manantial se extiende a los campos donde se seca y se consigue una sal de primera calidad, especialmente la flor de la sal, las escamas delgadas que se forman cuando empieza a secarse las salinas y que es un auténtico producto gourmet. 

Si vamos descendiendo el valle podremos visitar pintorescos municipios como Muzki con su museo etnográfico, Arzoz con la iglesia Cisterciense de San Román o el palacio del Marqués de Montehermoso en Viguria hasta por fin llegar al Embalse de Alloz.

Embalse de Alloz, un paraíso de aguas turquesas.

El Embalse de Alloz está alimentado por el río Salado y rodeado de quejigales, pastizales, matorral y pinos. Sus preciosas aguas turquesas conforman el segundo embalse en importancia de Navarra, después de Yesa. Un lugar fantástico para disfrutar de los deportes náuticos y la pesca. Es muy común, especialmente en primavera y verano ver kayaks, embarcaciones a vela y también practicantes de surf, ya que los vientos de fuerza tres y cuatro lo convierten en un enclave ideal para este deporte. Por supuesto, también hay pesca que se suele concentrar a la cola del pantano donde se captura, fundamentalmente, trucha, barbo y carpa, ganando muchos adeptos la pesca de spinning ligero desde kayak.

Si queremos además de la pesca, disfrutar de la naturaleza puede pasear bordeando el pantano o hacer un recorrido por los valles de Yerri y Guesálaz, salpicados de suaves lomas y pequeños pueblos dedicados a la agricultura y ganadería.

El nacedero del río Urederra

Si nos quedamos embelesados por las aguas turquesas del embalse de Alloz no debemos dejar de pasar por el río Urederra. Para ello continuaremos nuestro viaje hasta Estella (N-111) para posteriormente remontar por este bello río dirección Zudaire. El nacimiento de este río, Reserva Natural, es sin duda uno de los más bellos paisajes de Navarra.

El Nacedero del Urederra es la salida natural del importante acuífero formado en el macizo kárstico de Urbasa. Se produce en la pared, casi cortada, a unos 630 metros de altitud frente a los más de 900 que alcanza la cresta superior de dicha pared. La notoriedad del conjunto y la rica comunidad vegetal y animal del paraje justificaron su calificación como Reserva Natural en 1987. Incluida en el Parque Natural Urbasa y Andia, forma parte de la red de Espacios Protegidos de Navarra por la riqueza de sus valores medioambientales.

Tras la primera salida de agua se suceden otras cascadas y numerosas pozas de agua de color turquesa que se forman como consecuencia del fenómeno kárstico, por el que el agua se filtra a través de las grietas de las rocas surgiendo una y otra vez desde las entrañas de la tierra.

La especial tonalidad de estas aguas es la que seguramente habrá inspirado a quien bautizó al río con el nombre de Urederra, que significa "agua hermosa". Pero además del agua, cabe mencionar la diversidad de flora y fauna que integran este espacio natural: hayas, robles, olmos, arces, tejos y avellanos, entre otras especies vegetales, y buitres, alimoches, milanos, aguiluchos o cuervos, como protagonistas del reino animal.

Un sendero de escasa dificultad y 5,3 kilómetros de longitud recorre el curso del río en sentido contrario finalizando en el bello nacedero. El recorrido, que está señalizado mediante balizas, se inicia en el aparcamiento situado a la entrada del pueblo de Baquedano. Una vez tomada la pista forestal y tras pasar una barrera el camino se bifurca. Se recomienda tomar a la ida la senda de la izquierda, que discurre más cercana al río, y volver por el camino del este, más elevado.

Por debajo del nacedero que es zona vedada de pesca podemos disfrutar de la pesca de la trucha en un entorno incomparable. En primer lugar en el coto de pesca de Zudaire, gestionado por la Sociedad de Cazadores y Pescadores Deportivos de Estella, donde se expiden los permisos, pero por debajo de este, en sus tramo libre hasta su desembocadura en el río Ega, 19 preciosos kilómetros de un río para disfrutar de la pesca de la trucha.

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