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Sana rivalidad entre Etxalar y sus vecinos del otro lado de la muga
Enviado por Tuslances.com el 24-09-2014
Este singular torneo, que celebraba ayer su segunda edición, se inspira en el lanzamiento de paletas para la caza de la paloma, actividad cinegética que ha dado fama a Etxalar.
Lanzamiento realizado por Pedro Galarregui Zubieta, de Etxalar, que participaba por primera vez.. C.L.
Al contrario que el año pasado, el equipo de lanzadores de paleta de Sara, del otro lado de la muga, consiguió imponerse este sábado al de Etxalar. Daniel Calvet logró llegar a los 74 metros de media en sus tres tiradas, alcanzando una de ellas una distancia máxima de 80 metros, lo que le convirtió en el ganador individual y recibió una txapela como premio.
Este singular torneo, que celebraba ayer su segunda edición, se inspira en el lanzamiento de paletas para la caza de la paloma, actividad cinegética que ha dado fama a Etxalar. Este instrumento de madera, de forma y tamaño similar a una pala de ping-pong aunque algo más pesada y tosca, se emplea tradicionalmente para lograr que las bandadas de palomas se asusten y reduzcan la altura de su vuelo, poniéndose a tiro de los cazadores. “Las palomas piensan que se trata de un ave rapaz que les ataca y buscan instintivamente la protección de las copas de los árboles”, explicaba Iñaki Zubieta Ameztoy, uno de los participantes en el torneo.
Zubieta, de 38 años, calentaba los hombros junto a sus tres compañeros del equipo de Etxalar y los otros cuatro rivales de Sara. “Aquí se busca lanzar la paleta a la mayor distancia, pero en el periodo de caza la técnica es distinta. Hay que calcular el momento preciso según la velocidad y la altura a la que pasan las palomas”, añadía Pedro Galarregui Zubieta, de “cincuenta y pico” años, que debutaba en la edición de este año.
Junto con el partido botaluze, una modalidad de pelota mano que se disputa sin frontón con los dos equipos rivales uno frente al otro sobre un hierbín, el “campeonato mundial de lanzamiento de paleta” fue la actividad más pintoresca en el día que Sara y Etxalar, localidades vecinas separadas por la muga, renovaron sus lazos.
La jornada se centró en la firma simbólica del pacto que regula la zona de caza común que comparten ambos municipios en el alto de Lizaieta. Miguel Irigoien Sanzberro, alcalde de Etxalar, y Jean Bettite Laborde, regidor de Sara, rubricaron el documento que compromete a ambas partes.
Varios cientos de visitantes disfrutaron también del mercadillo, la música folclórica y el grupo de dantzaris formado por jóvenes de los dos pueblos. La jornada concluyó con una comida popular, en la que la ternera era el plato principal, de la que disfrutaron los 350 comensales apuntados.
Este singular torneo, que celebraba ayer su segunda edición, se inspira en el lanzamiento de paletas para la caza de la paloma, actividad cinegética que ha dado fama a Etxalar. Este instrumento de madera, de forma y tamaño similar a una pala de ping-pong aunque algo más pesada y tosca, se emplea tradicionalmente para lograr que las bandadas de palomas se asusten y reduzcan la altura de su vuelo, poniéndose a tiro de los cazadores. “Las palomas piensan que se trata de un ave rapaz que les ataca y buscan instintivamente la protección de las copas de los árboles”, explicaba Iñaki Zubieta Ameztoy, uno de los participantes en el torneo.
Zubieta, de 38 años, calentaba los hombros junto a sus tres compañeros del equipo de Etxalar y los otros cuatro rivales de Sara. “Aquí se busca lanzar la paleta a la mayor distancia, pero en el periodo de caza la técnica es distinta. Hay que calcular el momento preciso según la velocidad y la altura a la que pasan las palomas”, añadía Pedro Galarregui Zubieta, de “cincuenta y pico” años, que debutaba en la edición de este año.
Junto con el partido botaluze, una modalidad de pelota mano que se disputa sin frontón con los dos equipos rivales uno frente al otro sobre un hierbín, el “campeonato mundial de lanzamiento de paleta” fue la actividad más pintoresca en el día que Sara y Etxalar, localidades vecinas separadas por la muga, renovaron sus lazos.
La jornada se centró en la firma simbólica del pacto que regula la zona de caza común que comparten ambos municipios en el alto de Lizaieta. Miguel Irigoien Sanzberro, alcalde de Etxalar, y Jean Bettite Laborde, regidor de Sara, rubricaron el documento que compromete a ambas partes.
Varios cientos de visitantes disfrutaron también del mercadillo, la música folclórica y el grupo de dantzaris formado por jóvenes de los dos pueblos. La jornada concluyó con una comida popular, en la que la ternera era el plato principal, de la que disfrutaron los 350 comensales apuntados.
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