Con moderada satisfacción han recibido los alcaldes de los municipios de los Picos de Europa la noticia de que la Consejería de Agroganadería tiene previsto dejar libre de la presencia del lobo las sierras de Cuana, Ibéu y el Cuera, tal y como trasladó María Jesús Álvarez el lunes a una representación de ganaderos del Oriente durante el transcurso de una reunión de trabajo celebrada en Benia de Onís. Y es que aunque estos concejos cuentan en su mayoría con ganaderos que frecuentan estos montes (el Cuera por los peñamelleranos y cabraliegos, Ibéu por los onienses y Cuana por los cangueses), los regidores estiman que los controles sobre la población del cánido deberían extenderse también a los pastos próximos a los Picos de Europa, los cuales se encuentran en el área de influencia del Parque Nacional y donde también se están registrando ataques del depredador a la cabaña ganadera local. Además, y después de registrarse los primeros daños de la temporada, los alcaldes de estos concejos también reclaman que se retomen las batidas en el interior del espacio protegido una vez se levante la suspensión cautelar que pesa sobre ellas por orden judicial.

«La decisión de la consejería está bien, pero también habría que actuar en otras zonas. Además de en el parque de los Picos en el concejo de Cabrales también habría que controlar al lobo en las zonas de Inguanzo y Berodia», explica el alcalde cabraliego. Carlos Puente, quien aseguró que el «número de ataques se ha disparado este mes de mayo» con la suelta del ganado a los pastos de montaña. El alcalde cabraliego hizo hincapié en que los ganaderos deben comunicar los ataques que sufren sus animales, para que haya constancia de ellos.

En una línea similar se pronunció José Manuel González, alcalde de Cangas de Onís, quien también insistió en que «los ganaderos tienen que denunciar todos los casos de ataques del lobo a las reses para que el Principado sepa que no se trata de casos aislados. Sé que implica muchos trámites burocráticos y que es una lata pero deben hacerlo». El regidor cangués aseguró que, al menos en este concejo, «estamos viendo que en los últimos años cada vez empiezan antes los ataques, pero es que además el lobo antes no se atrevía con animales mayores, pero ahora sí lo hace». González criticó que «han pasado ya varios consejeros de Medio Rural y ninguno ha solucionado el problema de los lobos. Hay que pasar de las palabras a los hechos. En este Ayuntamiento lo tenemos claro: estamos con los ganaderos. Y todo lo que se decida para controlar a este depredador en la zona de Cuana o en la Montaña de Covadonga a nosotros nos parece perfecto».

También moderadamente satisfecho con la decisión de la consejería se mostró el alcalde de Peñamellera Baja. «De las sierras donde se va a actuar a nosotros nos afecta el Cuera, que es una zona donde hay una gran carga ganadera y muchas familias dependen de estos pastos. Pero además tenemos otros lugares en el concejo donde ha habido daños y entendemos que también se debe actuar como es la zona del puerto de Nedrina», considera el alcalde, José Manuel Fernández. El regidor peñamellerano exige que «se agilice de una vez el pago de los daños a los ganaderos» y lanza una reflexión: «Peñamellera Baja no era de los municipios más afectados por el lobo, pero en los últimos años hay más ataques. Eso es signo de que hay más lobos y, por tanto, se han de hacer más controles».

También satisfecho se mostró el alcalde de Amieva, José Félix Fernández, quien aseguró que «por el camino de los controles al lobo la consejería tendrá el apoyo de este ayuntamiento». Eso sí, al igual que sus colegas, considera que «lo mismo que está previsto hacer controles en esas tres sierras, se deberían extender a otras zonas de la comarca donde también hay ataques».

«Daños periódicos»

José Manuel Abeledo fue una de las personas que estuvo presente en la reunión celebrada el lunes. El alcalde de Onís explicó que lo que se va a hacer es «mejorar los controles fuera del Parque Nacional porque ahora no dan todos los resultados necesarios». El regidor entiende que la actuación prevista desde Oviedo -limitada a el Cuera, Ibéu y Cuana- es, al menos en el caso de Onís, «suficiente» dado que los ataques se concentran en la sierra de Ibéu, además de dentro del parque donde existe una suspensión cautelar de las batidas. Abeledo asegura que «en Onís los ganaderos están teniendo daños periódicos a causa del lobo. Un día ataca a un animal, al siguiente a tres...». El alcalde, al igual lo hacen el resto de regidores de los Picos, pide a los ganaderos que «se mentalicen y denuncien los daños ante la consejería para que ésta pueda justificar las actuaciones previstas. La burocracia para certificar los daños es complicada, pero deben cumplimentarla para que los ataques queden registrados y se justifique así los controles previstos por Agroganadería».

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