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Un cazador cordobés obtiene la máxima condecoración por la caza de un imponente venado en el coto municipal de Ortigosa, que ha recibido dos trofeos de este tipo en las últimas tres temporadas.
Enviado por montero el 23-11-2009
Tres años y dos oros. Las credenciales del coto municipal de caza de Ortigosa son inmejorables.
Tres años y dos oros. Las credenciales del coto municipal de caza de Ortigosa son inmejorables. La Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza ha concedido recientemente la medalla de oro al cazador cordobés Rafael Varona por abatir en el término camerano en septiembre del 2008 un enorme ciervo macho, que constituyó el trofeo más importante alcanzado en La Rioja durante la temporada pasada.
Rafael Varona junto al trofeo conseguido (Foto: M.Martínez)
En 2005, los colmillos del jabalí que tumbó el vecino de la localidad Sergio Alfaro merecieron la misma medalla. Y otro oro podría caer por una pieza capturada hace unas semanas en la reserva ortigosana, ya que, como asegura el aficionado de Montemediano y amigo de Varona, Santiago Elías, «esta temporada se ha cazado un ciervo aún mayor».
A la espera de que el órgano valore el venado, Elías confirma la alegría de su amigo por el trofeo obtenido. «Siempre supone una satisfacción, porque resulta excepcional abatir a un ejemplar de estas dimensiones», resume.
Paradójicamente, Varona, siendo de Córdoba, una de las provincias españolas donde existe una mayor tradición de caza, tuvo que desplazarse a La Rioja para tumbar a este imponente venado. «Compró el único rececho de ciervo que otorga al año el Consistorio de Ortigosa, que le da derecho a tres días de salida por campo abierto acompañado por un guarda forestal y tuvo suerte», admite el amigo riojano del experimentado cazador andaluz.
Esta temporada Varona no ha regresado a tierras cameranas. «Es un vicio caro», justifica Elías. No en vano, por el único rececho que concede Ortigosa, el interesado debe abonar una cantidad superior a los 1.800 euros. Esto deriva en que esta modalidad individual se practique de forma minoritaria; mientras que las batidas, que permiten la caza en grupo, resultan más comunes. La población de ciervos en La Rioja ha aumentado en los últimos años; al contrario que la de corzos, que va en retroceso.
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