Un venado berreando en un parque natural de Asturias.E. C.

Se acerca el otoño y con él la naturaleza muda su piel. Los árboles ven como caen sus hojas, los ríos se vuelven más caudalosos, muchos pájaros emigran a sus refugios de verano y el venado vuelve a berrear. Y es que este largo, profundo y gutural sonido que emite el ciervo macho en esta época del año, que marca el inicio de su periodo de celo, es un claro exponente del cambio de estación. Observar el comportamiento de estos grandiosos mamíferos durante estas semanas es todo una experiencia ya que derrochan energía, muestran su bravura y, sobre todo, emiten unos espectaculares bramidos para tratar de atraer al mayor número posible de hembras, las cuales, después, tendrán que seleccionar al macho que consideren más poderoso para cubrirlas y asegurarse así una descendencia lo más robusta posible.

 

Esta demostración primigenia de la naturaleza puede también disfrutarse en la comarca oriental. Y es que el concejo de Ponga, donde la mayor parte de su territorio es parque natural, es uno de los mejores parajes de Asturias para sentir el romántico canto del venado. De hecho el alcalde pongueto, Cándido Vega, anima a los foráneos a acudir desde ya al municipio «porque este año la berrea se ha adelantado y el celo de la fauna está en pleno auge». Vega señala que, además de la llamada de cortejo del ciervo, los visitantes también podrán disfrutar recorriendo los caminos del parque en las 8 bicicletas eléctricas que el Ayuntamiento ha puesto a disposición de vecinos y turistas.

 

Pero también desde la asociación Alto Sella han organizado una iniciativa llamada 'Siguiendo el rastro de la berrea' que ofrece, desde el 21 septiembre, estancias en más de diez establecimientos de alojamiento rural vinculados a esta asociación. Además propone a los interesados realizar salidas guiadas al amanecer y al atardecer para disfrutar de la berrea y degustar unos menús gastronómicos con la carne del venado como ingrediente estrella.

 

 

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