Aguardo de Jabalí, 9 de Marzo de 2019, inesperado.
Enviado por Jorge B. el 20-03-2019
La rutina de este día es la misma de siempre, la llegada al cazadero ronda las 7 de la tarde, para prepararme rápido y subirnos a nuestro alcornoque lo antes posible, ya que los guarros los tenemos encamados en la zona y tenemos que estar puestos, antes de que empiecen a moverse los animales.
Nos encontramos en el aparcamiento Dani y yo. Él marcha rápido ya que a media tarde iba a revisar el puesto y a escasos 10 m detectó encamado a un gran macho. La tarde prometía por aquello de que sabíamos que por la zona teníamos algo interesante rondando el lugar. Pongo unas ramas de jaras cortadas en la caja donde tengo la ropa de caza, para que en cierta medida camufle los olores de la ropa, preparo el arco, Dani me ha traído un micropulsador para la linterna, que nos ha hecho nuestro amigo y compañero Felix, que es una auténtica maravilla. Así que lo monto de manera provisional con un poco de cinta americana, pero funciona perfectamente, me visto y para el árbol.
A las 19:30 más o menos estamos en lo alto del árbol. La noche como siempre, la tónica de este invierno han sido noches templadas, conforme se va el sol baja la temperatura y empieza la humedad, que es nuestra gran enemiga de la noche, ya que aunque la noche no sea fría el frío se te mete en los huesos, pero no obstante están siendo agradables. 17ºC marca el coche antes de comenzar el aguardo. El viento no es bueno, tengo algo de levante aunque la previsión meteorológica dice que en torno a las 21 horas rola a norte/poniente.
Tranquilidad absoluta, efectivamente sobre las 21 horas rola el aire a poniente con rachas de norte flojo. No oigo ni perros. A las 22:30 más o menos oigo una carrera, de un jabalí, me están entrando de frente. Sigue la misma pauta del de la semana anterior que fallé. ¿Será el mismo?. Se para a mi derecha y se queda como una estatua unos 10 o 15 minutos, se va hacia abajo, como si desconfiara de lo que le rodea y coge camino al arroyo. Al rato grande lo oigo hozar y me vuelvo a poner en modo caza, pero vuelve a rodear la plaza y se me queda parado de nuevo un buen rato en la derecha. Una vez más al igual que nuestreo visitante de la semana pasada se vuelve a ir hacia abajo, rodeando la plaza. Algo pasa que gana confianza y de repente sin esperarlo entra al puesto, lo oigo comer u resoplar en el suelo. Curiosamente estoy muy tranquilo... Le dejo comer y al rato, no sabría precisar cuanto tiempo pasa, a mi me parece una eternidad, le abro el arco, le tiro la luz y veo un guarro de dran tamaño, apago la luz para que se confíe, no recela, vuelvo a encender la lunterna, tomo aire de nuevo, vuelveo a abrir, tiro la luz y me dogo...-Ahora-, pero justo antes de apretar el gatillo, pienso mete la cara, el boton de boca en su sitio, apunta y dispara. ¡Dicho y hecho!..... ¡¡¡TANGANAZO!!!. Sale corriendo, la carrera la noto algo errética, creo que la flecha va bien colocada, de atrás hacia delante de medio costado hacia el codillo contrario. Lo oigo que se para a escasos metros del tiro y se queja, señal inequívoca que va bien tocado, pero dejo de escuchar al jabalí. Pasados unos minutos vuelvo a escucharlo moverse y oigo como si cayera sobre unas matas. ¡Ha sido un gran lance!, que ha duraco cerca de 1 hora desde aue entra hasta que oigo caer al animal.
Pasados 15 min. oigo llegar un coche a la zona donde dejamos los coches y al mirar el teléfono, veo que son mis amigos y compañeros de caza Javi y Leandro, que venían a celebrar el lance conmigo y a ayudar a ver si encontrábamos la flecha. Estos pequeños detalles son los que hacen ver que el compañerismo de la caza y en especial el que tenemos el grupo de arqueros es increible, alegría compartida por el lance de un compañero.
Leandro y Javi bajan a mi puesto y nos ponemos a inspeccionar la zona del tiro, pero no se ve sangre ni flecha, ni rastro de ningún tipo, aparece una pluma de la flecha en la zona de tiro, pero no presenta signos de impacto en el animal, no hay sangre... Seguimos buscando y pararece unos metros más allá otra pluma, pero el sitio donde aparece, nos hace pensar que la lleva puesta. Hay que esperar a la mañana siguiente para pistear, ya que no podemos pistear por la noche, la zona es cerrada de jerjenes y jaras.
Nos retiramos a los coches y tras un té caliente y un rato de charla, Javi y Leandro se marchan, yo empiezo a recoger y aviso a Dani que seguía puesto.... pero no contesta.... ¡Está muy cayado! y eso solo significa una cosa, tiene algún guarro cerca rondando el puesto. Me quedo en el coche tranquilamente esperando por si necesita ayuda, hasta que suena el móvil, ¡Es dani!:, ha tenido un gran jabalí merodeando , le ha llegado a abrir el arco, pero no ha dado oportunidad de tiro. A la 1:30 a.m llega al coche y tras contarnos los lances tenidos, nos marchamos.
Llegada a casa a las 2:30 a.m a duras penas concilio el sueño, ansioso con volver al campo a buscar al jabalí. Por fin llega la hora, no dejo que suene el despertador, son las 6:30 a.m, preparo las cosas y cojo a mi Teckel TEO, me pega saltos como un loco, sabe que vamos al campo. Llega Miguelito a casa a recogerme y rumbo al campo, hemos quedado allí con Carlos y con Javi.
Nos encontramos en la zona de los coches, saludos abrazos y felicitaciones, nos hacemos una foto de rigor, porque hay buenas vibraciones.
bajamos al puesto, efectivamente ¡no da sangre!. Meto al perro en el rastro y empieza a tirar como un loco hacia el arroyo, que es la zona donde lo oío quejarse. Javi y yo decidimos bajarnos hacia el arroyo, el perro tira como un poseso, lo empinado del terreneno me impide bajar con seguridad y decido enganchar unos segundos al perro en un árbol para ver la mejor zona de bajada, de repente Javi dice: "¡Aquí está!". No andó más de 20 metros del tiro, -Que alegría- por fin y despues de una cantidad de infortunios conseguimos cobrar un jabalí con el arco. Resulto ser una hembra vieja de gran tamaño, le calculamos que pesaría entre 80 o 90 kilos.
Comienza lo peor, que es la subida del jabalí hasta los coches, por lo empinadisima que es la zona y lo resvaladiza, menos mal que estan Carlos, Miguel y Javi para ayudar. Sudamos la gota gorda, pero al final la sacamos del monte.
Agradecer a todos los compañeros su ayuda, a Calos, Javi, Leandro, Miguel, Dani, Felix, Bartolomé y Luís, todos de una forma u otra han intervenido en este lance, en la busqueda nocturna de las plumas, en la recuperación, en el despiece, el la reparación del material, etc.... ¡Esto es la caza con arco!... ¡Caza en equipo!
Saldrá una bonita tablilla, para recordar esta gran jornada de caza.
Pensando ya en el próximo día de aguardo....
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