La pesca, una actividad en estrecha relación con el medio
Enviado por montero el 24-08-2010
Un pescador de truchas disfruta de los paisajes fluviales del Pirineo, en un tramo de captura y suelta..(Foto: E. Viñuales)
La pesca es una actividad deportiva y de ocio que nos conecta con la naturaleza. El buen pescador es aquel que siente un especial amor y respeto tanto por los ríos como los seres que habitan las aguas, a la vez que disfruta de algunos de los paisajes y tesoros más maravillosos que tenemos a nuestro alcance: los ecosistemas fluviales.
En Aragón, la pesca -fluvial, lacustre e incluso la acuicultura- está regulada por la Ley 2/1999, mediante la cual se propicia la protección del medio natural, a la par que se fomenta el ejercicio de la pesca recreativa y la formación. Por otra parte, y debido a la variación periódica del régimen de las aguas, anualmente el Gobierno de Aragón aprueba los llamados planes generales de pesca, aprobados mediante Orden de la Consejería de Medio Ambiente, y donde se detalla la normativa referente a temporadas hábiles, especies objeto de pesca y máximos cupos de captura, medidas mínimas permitidas, modalidades o aguas sometidas a regímenes especiales.
En esta temporada el plan contiene diversas novedades: se establece como especie pescable la perca europea, el cupo de la tenca se fija en tres ejemplares por pescador y día, para el barbo de Graells no se establece límite de capturas en todas las masas de agua declaradas habitadas por la trucha, se prohibe el cebo natural en toda la cuenca del río Tajo y, lo más destacado, es que se establece la gratuidad de las licencias para los menores de 14 años.
Algunas de las otras normas son la necesidad de sacrificar de manera inmediata -una vez capturados- los ejemplares de siluro, pez sol, lucioperca, alburno y cangrejo rojo; la desinfección de embarcaciones y equipos en aguas afectadas por el mejillón cebra; el empleo de una sola caña en aguas trucheras: la prohibición de cebo natural en los Parques Naturales de Los Valles Occidentales y de Posets-Maladeta; la prohibición total de pesca con red? o el establecimiento del periodo hábil de pesca en aguas trucheras de alta montaña entre el 1 de junio y el 31 de agosto. Asimismo, todo pescador debe contar con licencia de pesca para el desarrollo de esta actividad en las llamadas aguas continentales.
Normas del buen pescador
El buen pescador debe seguir, por otra parte, unas lógicas normas de comportamiento respetuoso con el medio ambiente: evitando el vertido o abandono de basura y desechos en las orillas del río, cumpliendo la prohibición de captura y tenencia de especies protegidas y aquellas no declaradas objeto de pesca? así como la de la prohibición expresa de introducción o repoblación en todas las aguas públicas y privadas de cangrejos, peces u otros organismos, dados los daños ecológicos que las sueltas de especies exóticas pueden ocasionar en un medio ajeno. Según fuentes del Departamento de Medio Ambiente, en Aragón hay unas 70.000 licencias de pesca, un número que da idea de lo que significa este deporte en una comunidad autónoma tan variada como la nuestra, donde podemos encontrar desde lagos de origen glaciar -habitados por la trucha- a grandes embalses -con especies de ciprínidos-, pasando por todo tipo de ríos, arroyos y barrancos. "El número de licencias crece y queremos que lo siga haciendo, para lo que estamos poniendo en marcha nuevas iniciativas en colaboración y diálogo con el colectivo", dicen desde Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
Su consejero, Alfredo Boné, destaca que "la preservación de este patrimonio, mediante la depuración de las aguas y la conservación de los ecosistemas fluviales, garantiza el futuro del medio rural dadas sus repercusiones sociales y económicas. Los pescadores lo saben y son nuestros mejores aliados a la hora de conservar los hábitats fluviales y los recursos piscícolas". Y añade que "sabemos que el agua es vida y que nuestros ríos son un tesoro que debemos preservar para el futuro".
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