Cazaban de forma ilegal en las comarcas de Sanabria y La Carballeda, utilizaban un matadero clandestino y vendían el producto a carnicerías, restaurantes y particulares sin que la carne hubiera pasado los controles veterinarios. De hecho, también comerciaban con carne de vacuno de una explotación, cuyas reses tampoco habían pasado los controles, con lo que el entramado va más allá del furtivismo y se extiende a un delito de salud pública. Se usaban armas sin licencia o sin legalizar y se quedaban con los trofeos de caza de gran valor. Por estos delitos se ha detenido a cinco personas y están imputados tres guardias civiles de la Compañía de Puebla de Sanabria a los que se tomó declaración como supuestos responsables de delitos de omisión del deber de perseguir delitos y de revelación de secretos, y no se descarta que pueda haber otras implicaciones si se tiene en cuenta que «la Guardia Civil continúa con las investigaciones con el fin de depurar responsabilidades de toda índole en las que pudieran haber incurrido alguno de sus miembros», según se expone en la escueta nota oficial.

Los agentes no están detenidos, puntualiza el comunicado, aunque no se aclara si han sido apartados del servicio o no.

Entre los detenidos están dos hermanos de Asturianos, conocidos con el apodo de 'los guripas'; el hijo de uno de ellos y un menor, vecino de Asturianos, de padres portugueses. Los hermanos son los sospechosos de organizar las cacerías, tan numerosas y aparatosas, que los disparos, incluso en plena noche, se oían en toda la zona. Luego vendían la carne y, entre los compradores, en el sumario se citan carnicerías y restaurantes de la comarca: Puebla, Villardecievos, Padornelo, así como Portugal y Madrid. No sólo se comercializaba el producto de la caza, sino que también se sospecha que lo hacían con carne de reses de su ganadería, que tampoco tenían sello sanitario, y se utilizaban medicamentos para animales de forma ilegal.

Así se desprende del contenido del sumario y del resultado de los registros domiciliarios, en los que se encontró carne de ganado ovino, caprino y una pieza de caza mayor que carecía de sello sanitario; diversos trofeos de caza mayor, unos preparados, otros en fase de disecación y otros con signos de haber sido abatidos recientemente. Asimismo, había diferente documentación y objetos «que podrían demostrar la venta de carne», así como medicamentos utilizados para administrar a los animales y varias armas de fuego, una de ellas un rifle con mira telescópica y una escopeta sin legalizar.

También se habría descubierto un vertedero ilegal con restos de productos cárnicos.

Las detenciones, como ya se hizo público, se llevaron a cabo el pasado mes de abril y es ahora cuando se ha levantado el secreto del sumario, que se instruye en el Juzgado de Puebla de Sanabria.

La investigación tuvo como punto de partida la denuncia presentada por responsables del coto de caza de Asturianos y la unidad de la Policía Judicial de la Guardia Civil inició la investigación en febrero pasado. Según las fuentes oficiales, fue entonces cuando tuvo conocimiento de que en la comarca de Sanabria y La Carballeda se practicaba la caza mayor furtiva en algunos cotos, sobre todo del término municipal de Asturianos.

Comenzaba así lo que la Guardia Civil ha denominado 'Operación petardo' en cuyo desarrollo y dada su complejidad, ha intervenido el equipo central del Seprona, con base en Madrid.