Fue una sorpresa y un enorme susto. Por fortuna, las luces rojas de frenado comenzaban a alumbrar la oscuridad de la carretera. Algunos vehículos los esquivaron —los que iban delante—. Otros, se tuvieron incluso que detener.
Precisamente, esta circunstancia hizo que los coches y camiones que circulaban en sentido Bailén se percataran de que algo pasaba porque veían que se frenaba en el sentido opuesto. Segundos después, la manada de jabalíes cruzó la mediana y, a paso ligero, emprendió camino hacia el campo. Había tres o cuatro marranos adultos, que estaban acompañados por entre nueve y diez lechones. Otra vez, frenazos y luces de emergencia hasta que se desvanecieron en la oscuridad del olivar jiennense.
Autovía de Sierra Nevada. Un turismo circula por la A-44 —a la altura de Las Infantas— junto a la señal que avisa del peligro. José Poyatos
El pelaje oscuro los convierte casi en “invisibles” para los automovilistas hasta que, prácticamente, los tienen encima. Cuando se ven, resulta más complicado frenar porque existe muy poca distancia. En el caso de la noche del lunes, aparecieron en un lugar en que los turismos pueden circular hasta a una velocidad de 120 kilómetros por hora.
Siete accidentes de tráfico graves con animales como protagonistas
Un informe del Centro de Estudios de Seguridad Vial “Ponle Freno-Axa” asegura que, en el último año, se produjeron siete colisiones con animales de caza en los que fue necesaria la intervención de los servicios de emergencia. No precisa si fueron jabalíes o venados, aunque son las reses que se suelen ver envueltas en estos percances en las carreteras de la provincia jiennense.
Cae el mito que hacía pensar que estas colisiones se producían en carreteras comarcales o en las que están cerca de las sierras o zonas montañosas. A priori, aquí existe más posibilidades de que un animal invada la calzada, pero no de que se produzca un siniestro. Precisamente, es más fácil que un jabalí cause un accidente en una autovía que en una carretera de sierra porque por ellas se circula a más velocidad —lo que aumenta la distancia de frenado— y, además, influye el factor sorpresa: un conductor ve más probable hallar a una res en una comarcal que en una autovía, que cuenta hasta con vallas en algunas partes del trazado.
En 2014, hubo 1.037 accidentes provocados por un jabalí en las carreteras españolas, de los que el 6,75% acabaron con personas heridas. Asimismo, el informe indica que es más fácil atropellar a un marrano de octubre a febrero que durante el resto del año, ya que parece que se trata de un periodo en el que tienen más actividad. Al menos, estadísticamente se concentran los siniestros durante estas fechas.
Jaén tiene muchos menos percances que en las carreteras de las provincias del norte de España, aunque los tratamientos contra la hierba en el olivar hacen que las lindes de las carreteras sean una zona interesante para conseguir alimentos.
FUENTE: DIARIOJAEN.ES