Dentro del abanico de armas de cañones de ánima lisa, la elección del cazador se orienta hacia la escopeta semiautomática, la superpuesta o hacia la yuxtapuesta (en el mismo orden, de arriba a abajo)

En relación a la elección del arma de caza, hay cazadores que prefieren un arma única polivalente y otros que, por el contrario, consideran indispensable disponer de un arma para cada situación.

El factor económico no es el criterio principal a tener en cuenta, fundamentalmente porque un alto coste se amortiza con el tiempo, ya que estas armas suelen durar muchos años.

Es por lo tanto importante, en el momento en que se adquiere un arma de caza (escopeta o rifle), tener las ideas muy claras, habiendo valorado los pros y los contras de las armas para todo uso o genéricas, y de las escopetas "a medida" o específicas.

La escopeta polivalente

Cualquier situación de caza puede afrontarse tranquilamente con una única arma que garantice la máxima polivalencia. La escopeta genérica es, inevitablemente, una escopeta del calibre 12 con cañones de ánima lisa.

Esta elección no prima únicamente el aspecto económico, sino que también procura al cazador una mayor comodidad. Llevará consigo una sola arma, cuyo uso frecuente y exclusivo le proporcionará la ventaja de conocerla a la perfección en todos y cada uno de sus detalles.

Pero, llegados a este punto, debemos hacernos la pregunta de costumbre: ¿yuxtapuesta, superpuesta o semiautomática?

La respuesta no es nada fácil, y el único consejo que realmente sirve para escoger un arma son las preferencias personales, teniendo en cuenta, naturalmente, los criterios de valoración objetivos.

La escopeta yuxtapuesta es seguramente una de las armas más equilibradas y, para algunos (aunque aquí las opiniones no son unánimes), una de las escopetas que permiten ser encaradas y apuntar con mayor rapidez, gracias a la referencia amplia que da la solista en posición central respecto a los dos cañones paralelos; es también una escopeta muy manejable y de la que se fabrican versiones muy ligeras. Para sus incondicionales es el arma ideal para el tiro al vuelo, razón por la cual la yuxtapuesta goza de grandes fidelidades.

Uno de los aspectos menos positivos de la escopeta yuxtapuesta es su precio: con idénticas prestaciones, esta escopeta cuesta por lo general más que cualquier otra; pero en realidad su punto débil son los cierres, ya que, debido a razones balísticas, están sometidos a mayores torsiones y presiones que los de otras armas, lo que compromete su duración en el tiempo.

La escopeta superpuesta es más robusta y (también aquí surgen las opiniones encontradas), para algunos, más precisa que la yuxtapuesta; la gama de modelos presentes en el mercado es muy amplia y los precios son relativamente más económicos.

Es una escopeta que, según sus incondicionales, se presta más al tiro "razonado"; por lo tanto, es la escopeta preferida por aquellos que prefieren apuntar con relativa calma al blanco antes que disparar al vuelo.

La escopeta semiautomática tiene grandes cualidades balísticas: un plomeo óptimo (nube de perdigones regularmente distribuidos) y una total ausencia de vibraciones y torsiones gracias al cañón único. Además permite disparar tres cartuchos sucesiva y rápidamente, tiene n retroceso limitado (gracias al aprovechamiento de los gases que se generan en el momento del disparo), su precio es más económico respecto a las escopetas de dos cañones y garantiza una gran versatilidad, entendiendo por ello la posibilidad de intercambiar distintos tipos de cañones y de chokes.

La principal desventaja recae en la obligatoriedad de disparar los cartuchos en el mismo orden en el que se han introducido en el arma.

Mientras en el caso de la yuxtapuesta y de la superpuesta se puede afrontar cualquier situación imprevista eligiendo el cañón con el que se quiere disparar (en el caso de que estén cargados con cartuchos distintos; si no, se puede efectuar un rápido cambio de cartuchos, operación escasamente exitosa la mayoría de las veces), obviamente con la semiautomática esta posibilidad es inexistente.

Los apasionados de la yuxtapuesta aprecian el ágil encare y la rapidez que proporcionan los cañones paralelos del arma en el momento de apuntar.

En lo referente al disparo, la escopeta semiautomática está un poco desequilibrada hacia delante (debido a la particular disposición de los mecanismos del tiro, situados en posición más avanzada que en las otras escopeta), a lo que hay que acostumbrarse; en este aspecto, la comparación con armas de cañones basculantes de idéntica longitud es favorable a estas últimas.

Sin embargo, cuando se disparan muchos tiros (caza de aves migratorias, bandadas, etc.), se revela como una escopeta insustituible, tanto por conseguir una mayor absorción del retroceso como por la posibilidad de efectuar tres tiros consecutivos.

Armas específicas

Cuando se programa una jornada de caza de aves acuáticas, lo ideal es adoptar una escopeta semiautomática de cañón largo (incluso de 76 cm) con un choke pronunciado; para la caza al salto, es muy útil una superpuesta del calibre 20, con 67 cm de longitud en los cañones y un choke de * / *** (1 y 3 estrellas; una estrella indica el máximo estrechamiento o full choke, cuatro estrellas el mínimo estrechamiento, y ninguna estrella significa que el cañón es cilíndrico); en cambio, para la caza de la becada, resulta óptima la clásica yuxtapuesta de cañones cortos (62 cm) y un choke de ** / *** (2 y 3 estrellas). Todas estas escopetas, sin embargo, son poco adecuadas para disparar a corta distancia a piezas pequeñas; en esos casos, la manejabilidad de un calibre 20 (o incluso de un 28) es absolutamente indispensable.

Una lista de este tipo podría ser larguísima, e indicaría que para cada tipo de caza se requiere un arma específica. Son muy numerosos los cazadores que en su armero tienen distintos escopetas y rifles; antes de salir, sabiendo de antemano el tipo de pieza que pretenden cazar, se llevan consigo el arma más idónea.

Las cosas se complican cuando entra en juego la relación que se debe establecer entre la escopeta y el tipo de cartucho: sería absolutamente absurdo disparar 40 gramos de plomo con una yuxtapuesta ligera o emplear una semiautomática magnum con cartuchos pequeños de 28 gramos.

En definitiva, la escopeta debe cargarse con el tipo de plomo que mejor se ajuste a sus prerrogativa balísticas.

Calibres y plomos

Como ya se ha dicho, es importante saber de antemano el tipo de caza que se quiere practicar y elegir el arma y los cartuchos según las correspondientes exigencias específicas.

Veamos un ejemplo simplificado referente a los calibres de armas lisas, incluido los famosos –y tan a menudo mal utilizados- calibres magnum.

Para la caza destinada a piezas pequeñas, los calibres 20 y 28 son los más indicados; este tipo de armas presentan las mejores características balísticas con 24-26 gramos de plomo. Cargas de mayor peso no sólo desnaturalizan la función del arma, sino que no mejoran en absoluto el alcance ni la distribución del plomeo.

El calibre 12 es el más difundido y el más clásico, se adapta a casi todos los tipos de caza de piezas de tamaño medio (liebres, faisanes, perdices) y permite conseguir unas prestaciones óptimas con cartuchos de 32-34 gramos de plomo. Dicho peso puede también usarse con cartuchos magnum del calibre 20, pero prescindiendo de la cantidad de plomo, con el calibre 12 se consigue seguramente un plomeo mejor. Un 12 magnum sólo tiene sentido para usos muy concretos, como por ejemplo, la caza de aves acuáticas, o la caza a la espera de piezas de gran porte.