Martes 6 de Septiembre.
Como cada mañana nos juntamos varias personas miembros del mismo grupo de cazadores del pueblo a tomar café a las 7:00h de la mañana, durante la charla matutina el Cap de Colla como se llama aquí en Cataluña al responsable de la batida nos cometa que al día siguiente se ha de hacer un gancho pequeño en una zona bastante dañada por los jabalíes con el fin de atender la reclamación realizada por parte del propietario de unas viñas con el fin de salvaguardar sus vides las cuales están esquilmando nuestros amigos los de cuatro patas.
No se dan indicaciones aun de la zona exacta a batir con la intención de reducir la posibilidad de estropear la zona, cosa que ha pasado en anteriores ocasiones ya que como en todos los pueblos o cotos hay gente que se dedica a tales menesteres sin saber muy bien la intención con la que lo hacen o han hecho anteriormente.
Tras el café cada uno a su respectivo trabajo a cumplir con sus obligaciones diarias.
A medida que avanza el día sin darte cuenta te haces alguna pajilla mental de cómo será el día de mañana, donde te va a tocar el puesto, que arma llevarte, etc….. pajillas que se van disolviendo con el paso de las hora pero que vuelven a aparecer a medida que se acerca el momento tan esperado.
Llega la tarde y tras regresar a casa después de una larga jornada de trabajo empieza el cuerpo a descomponerse cuando inicias los preparativos de arma, mochila y demás cosas que crees necesarias para el día siguiente, como es normal te dan las tantas de la noche repasando una y otra vez todo lo preparado queriendo no dejarte nada en el tintero, una vez consciente de tenerlo todo listo decides ir a dormir ya que a la mañana siguiente hay que madrugar para volver al tajo.
Te metes en la cama y vuelven a tu cabeza esas dichosas pajas mentales las cuales consigues tras un rato dejar atrás y dormirte esperando con ansias al nuevo día.
Miércoles 7 de Septiembre.
Suena el despertador a las 5:30 de la mañana, ducha, paseo al perro y volando a trabajar sin dejar de la lado tu cita matutina del tan rico y apetecible café con tus compañeros y amigos.
Aun no se tiene la menor información de la zona a cazar, por lo que ya desde bien pronto y siendo el día que tan mala noche te ha hecho pasar las pajillas y la descomposición provocada por los nervios se apodera de tu cuerpo nuevamente haciendo funcionar tu cerebro a velocidades propias del AVE.
Tras el café, cada mochuelo a su olivo como todos los días de dios… dado que por mi trabajo he de desplazarme casi 50 kilómetros aún tengo un rato para el ultimo repaso mental de si me dejo algo o no.
A media mañana suena el teléfono a la llegada de un mensaje de WathsApp, ese tan ansiado mensaje el cual dice “Compañeros, esta tarde tenemos una batida por daños, todo aquel que quiera asistir que lo comunique por MP al responsable de la organización. Imprescindible portar escopeta ya que la zona es pequeña y no dispone de tiraderos para rifle. Todo el que quiera ir deberá estar a las 17:00h en el refugio”.
No había terminado de leer dicho mensaje y ya estaba enviado mi MP pertinente al organizador diciéndole que contase conmigo para esa misma tarde.
A partir de ese momento supongo que no será a mis solo.. el día se hace eterno, no ves la hora en que llegues a casa, te vistas de verde y salgas con todas las ilusiones puestas dando un último repaso al material que preparaste la noche anterior.
Como por mi manera de ser no me gusta llegar tarde a los sitios a las 16:30h estaba ya con todo listo en el refugio tal y como debíamos estar tomando una cerveza bien fresquita intentando mitigar los sudores de la muerte que se apoderan de ti a medida que se acerca el momento de ponerte en el puesto que te toque tras el pertinente sorteo entre los asistentes.
Una vez realizado el sorteo salimos repartidos en coches a las zonas asignadas a cada una de las líneas, en este caso solo dos líneas por las características de la zona a batir, a mí me ha tocado al zona alta de la montaña.
En principio la batida se tiene la intención de que no dure mucho ya que hace calor y los perros se agotan rápido y lo pasan mal.
Una vez repartidos cada uno en su puesto, llego al mío el cual me gusta bastante ya que es una pinada con bastantes claros pequeños pero al fin y al cabo son claros.
Saco el arma de la funda cargándola con tres cartuchos bala JG, acomodo la mochila y la funda en una mata cercana (medio metro escaso),cuando voy a echar mano a mi pequeña silla “NO ESTAAA” y yo que pensaba que lo tenía todo listo pienso en mis adentros…..”Pepe estas gilipollas” pero bueno sin silla también podre pasar la tarde.
Una vez mas o menos todo en condiciones y con el corazón en la boca empiezo a mirar la zona desde el puesto buscando las zonas de paso, analizando donde podría tirar y donde no, intentando estar lo más cómodo posible dentro de unos límites.
Al mirar a mi derecha veo el carrerón o paso bastante tocado por nuestros queridos amigos, enchufo al emisora quedando a la espera del aviso de que se han soltado los canes, pasados unos 10 minutos el anteriormente comentado Cap de Colla avisa que se ha procedido a soltar los perros y vuelven de nuevo esos sudores de la muerte siendo consciente de que ha llegado ese tan ansiado momento que te lleva atormentado desde el día anterior.
Al rato empieza el baile y pelea con los puñeteros mosquitos, esos agradables bichitos que te ponen los brazos, el cuello o cualquier parte de tu cuerpo como un zepelín en décimas de segundo, seres que cuantos más matas más acuden ya que son súper solidarios con sus congéneres, finalmente opto por sacar de la mochila un polar de esos finos de Decathlon de color naranja que llevo siempre con la intención de que aunque me joda de calor evitar andarme dando manotazos yo solo como un bobo.
Habiendo mejorado la situación con los voladores y tras un buen rato de silencio me asalta la duda de si estoy bien colocado o no en el puesto, valoro opciones de cambio(2 o 3 metros de diferencia con respecto a la posición de origen)descartándolos por completo por la cantidad de pinos que se hayan en la zona.
Pasados no más de 15 minutos en la lejanía se denota una ladra de los perros que indica que han dado con algún marrano encamado al cual levantan sin mayor problema que un buen revolcón a uno de los perros, un sabueso de uno de los perreros, perrero que en aras de proteger su rehala efectúa un tiro fallando el cochino enviándolo a la postura más cercana a su situación la cual también oprime el gatillo en dos ocasiones errando ambos tiros .
Tensión a tope, cerebro pensando más rápido que los trenes chinos, corazón en la garganta y una voz por la emisora que avisa a las posturas del levantamiento del Sus Scrofa con un mensaje tan claro como “Ojo que vaaaaaa”, la vista y el oído empiezan a funcionar que ni los X-Men la hacen trabajar de esa manera tan precisa y limpia.
A medida que se acerca el jabalí la rotura de monte se hace más intensa y cercana provocando en tu cuerpo una sensación que no sabría describir ya que son un cumulo de cosas que se hacen inexplicables hacia aquel que no lo ha vivido nunca y como vosotros lo habéis experimentado en muchas ocasiones creo que sabéis de que estoy hablando y de que se siente en esos momentos.
A unos 70 u 80 metros por el carrerón anteriormente mencionado se deja ver un pedazo de monstruo, un gran macho, con la escopeta encarada y apuntándolo retiro el seguro del arma, sigo la trayectoria del animal dejándolo acercarse el máximo posible a mi puesto ya que venía bastante apretado por más de media docena de perros a los cuales les sacaba aproximadamente unos dos o tres segundos de ventaja dado que iba como si lo persiguiera el de la guadaña (la muerte)entraba a la postura en línea recta bajando la pinada, se acercaba el momento de efectuar el disparo, disparo que tuve que ir retrasando en el tiempo ya que tenía que ir sorteando troncos de pinos que entre él y yo se interponían.
Segundos más tarde y con mi amiga la descomposición corporal que en estos casos se adueña de ti decido efectuar el disparo, por el tiempo que había pasado(que siendo pocos segundos parece una eternidad)mi cerebro manda un impulso eléctrico en forma de señal a mi dedo índice indicándole que era el momento que tanto llevamos esperando a lo que mi dedo responde a mi cerebro correctamente llevando el gatillo el armas hasta atrás, en ese momento mi cuerpo y cabeza están convencidos que ha sido un fácil disparo certero a escasos 20 metros ya que el jabalí me da la sensación que dobla los cuartos traseros ligeramente en su carrera hacia su salvación, decir que si hubiese sido un disparo como debiere ser tenía que haber quedado seco en el sitio cosa que no fue así, tras de mi a 5 o 6 metros en la maleza dejo de oírlo y pienso Pepe lo has bordado y ahí atrás está muerto.
Aviso por la emisora que salgo del puesto a pistear el rastro para cerciorarme que el animal está allí tumbado en el suelo, cuando llego al sitio que pensaba que podía hacerme ver mi primer jabalí abatido se apodera de mi persona una sensación que nunca había sentido antes, sensación de tristeza, desilusión, desánimo y frustración al ver que allí no había nada de nada, que no había sido capaz de revolcarlo a tan corta distancia vamos que me lo comí enterito.
No os podéis hacer a la idea de la cara de polla que se me quedo en ese momento en el cual toda aquella angustia, tensión y nervios del momento se desploman devolviéndote a tu estado de reposo de origen o peor aún si cabe llegando a afirmarme a mí mismo que había fallado el tiro y el animal me había ganado la partida dejando el marcador Jabalí 1= Pepe 0(sensación indescriptible también).
A los pocos minutos los perros no muy conformes con el resultado de nuestra disputa reanudan la búsqueda del rastro dando con el muy rápido, vuelen a marcarlo y levantarlo de detrás de mí en dirección opuesta a la mía por lo que entre el bajón, cabreo y desanimo empiezo a repasar el lance desde el principio intentando ver cuándo o dónde lo he hecho mal entrando en un bucle que no me dejaba pensar o analizarlo con claridad por lo que desisto aplazando dicha tarea hasta llegar a mi casa.
Una vez en casa un poco mejor anímicamente pero con el mismo cabreo empieza una tortura insufrible buscado el consuelo de una explicación de lo acontecido, explicación que cuesta ya que aparentemente o mejor dicho a mi manera de ver en el momento estaba todo bien hecho.
A medida que van pasando las horas en la cama acostado, porqué ni que decir tiene que no he pegado ojo en toda la puta noche repasando y analizando una y otra vez paso a paso el lance vas viendo la luz y lo que en principio pensaba que estaba correcto no lo está tanto.
Las conclusiones que he llegado a sacar son muchas, conclusiones que en frio las ves de manera objetiva y las cuales hay que poner en práctica en futuras ocasiones con el único fin de mejorar , conclusiones amargas que al final de detallarlas las agrupare en una sola llamada INEXPERIENCIA pura y dura, se me han pasado otros apelativos por la cabeza tales como “lerdo, inútil,etc…. pero esas no hacen justicia al tan precioso momento vivido ayer.
Este escrito de mi experiencia ayer es única y exclusivamente una manera de desahogo hacia mi persona porque si no lo escribo o expreso reviento ya que como imagino que a todos os ha pasado algo parecido creí que era de ley compartirlo con vosotros.
Cierto es que también he encontrado algún punto positivo a todo esto, puntos que son los que te hacen intentar mejorar día a día e hilar más fino en futuras ocasiones, aunque creo que como esta por las características que se han dado en cuanto al animal y mi postura en la mancha será difícil que se repitan otra vez en la vida.
Sé que como esta son pocas las veces que te ves en un pellejo así y de ahí mi desilusión, no se las veces que esta noche me habré preguntado….”Pepe como has podido fallar eso”.
Pero en fin!!!!! Espero no haberos aburrido con el capazo de letras escritas, pero repito me tenía que desahogar y compartir una experiencia así y que mejor sitio que nuestro coto virtual www.tuslances.com.
Un saludo y gracias por dedicarle un tiempo a su lectura.
Pepe
