Ufff, menuda pregunta macho jaja. Esto de la caza de la perdiz con reclamo es un mundo. Como bien dices no es esperar a que se plante una perdiz delante de tu jaula y pegarle un tiro así a las bravas.
La caza de la perdiz con reclamo tiene su miga. Para empezar tienes que estar cuidando durante todo el año a reclamos, tus perdices. Ahora que termina la temporada de caza de reclamo es el momento de meterla en terreros, jaulas más grandes con tierra donde pelechan y cambian el plumaje. Es una época delicada que requiere sus cuidados. La tierra conviene cambiarla cada dos o tres semanas, y el tipo de sustrato que le pongas depende de cada cazador, pero lo general y que va muy bien es arena de río o arroyos. Por el mes de noviembre-diciembre se suele pasar el reclamo a la jaula, para que se vaya aclimatando ya de cara a la temporada que empieza a mitad de enero más o menos. La alimentación de tu perdiz de reclamo (o más bien perdices, porque se suelen tener varias para cazar) es otra parte fundamental. Pienso, trigo, mixtura, bellotas, garbanzos, verde picado (berros, cerrajas, hojas de rábano,...) y un largo etc forman parte de la alimentación de la perdiz.
En la época de caza conviene solear (poner al solecito) a las perdices, le viene muy bien de cara a animarse y cantar y encelarse. Hay perdices que en casa cantan pero en el campo no dicen ni pío, y al contrario, en casa no abren la boca, y en el campo te dan un recital de canto desde que le quitas la sayuela (funda que cubre la jaula).
Una vez en el campo, ¿cómo se hace?: pues eliges un sitio que reúna ciertas condiciones. Una separación entre el puesto (donde tú te escondes y que debe estar camuflado en el entorno) y el tanto (donde pones la jaula con tu perdiz, también procurando que quede integrada en el entorno y que no de mucho el cante) de unos 20-25 pasos sería ideal. Mientras preparas el puesto y el tanto la jaula debe estar con la sayuela puesta, y justo antes de meterte en el puesto es cuando debes quitarle la sayuela a la jaula. Entre el puesto y el tanto debe estar libre de vegetación que impida que veas a tu perdiz y a la perdiz campera; y delante de la jaula lo que se conoce como “plaza” en un radio un par de metros donde debe recibir tu perdiz a la campera. Eso tiene que ser visible desde tu puesto porque es donde vas a tener que disparar.
Una vez que te metes en el puesto, ya toca mirar desde la tronera a tu perdiz cómo se comporta y guardar silencio. La perdiz de la jaula debería arrancarse a cantar y reclamar desde el primer momento. Existen muchos tipos de canto de un reclamo, en función de ellos atraerá a las perdices de campo. Está el tipo de canto de la perdiz que es dar de pie (cuchichí cuchichí o cunini), cantar por alto o tirar reclamos (co-co-co), tirar piñones, titear, recibir (ri-ri-ri), y muchos más. Un buen reclamo tendrá un amplio abanico de cantos. Si hay campo cerca (perdices de campo) y tienen celo y ganas de pelea se entablará una batalla dialéctica a base de cantos que puede culminar con la perdiz campera acercándose hasta tu jaula para ver quién es el intruso que se ha colado en su terreno. Puede entrarte tanto un macho con ganas de pelea como una hembra. Lo ideal es que tu pájaro de la jaula cuando se acerque la perdiz campera lo reciba muy tranquilamente con el canto bajito ri-ri-ri, sin aspavientos ni botes en la jaula que asustarían a la campera. Después de recibir, y si tu pájaro lo está haciendo bien, está tranquilo desafiando a la campera, te puedes recrear en el lance. La campera puede intentar subirse a la jaula, puede arrastrar las alas en el suelo o afilarse el pico en el suelo con signo de batalla, darle varias vueltas al tanto,… Es entonces cuando llega el momento del disparo, de forma que la perdiz tuya de la jauaal esté viendo en ese momento a la perdiz de campo. La campera por tanto debe estar cerca del tanto, a un metro más o menos. Con cuidado de no plomear a tu perdiz y procurando tirar a la campera de espalda o como mucho de lado. Es más eficaz el tiro y evita fallos. Una vez abatida la perdiz campera, tu perdiz debería hacer el “entierro”, mirándola y cantando muy bajito. Al poco deberá arrancarse otra vez a reclamar para intentar dar lugar a otro lance.
Todo esto es a grandes rasgos, seguramente me hay equivocado en algo y me haya saltado un sinfín de cosas. Como novato que soy, estoy todavía en fase de aprendizaje, aunque con la caza de la perdiz con reclamo, uno no deja de ser aprendiz.
Después te pongo algunas fotos de mis últimos puestos este fin de semana en una finca donde estuve invitado en la Sierra de Hornachuelos (Córdoba).
